El arma de Infantería volvió a celebrar el día de su patrona, la Inmaculada, en el tradicional acto celebrado en el acuartelamiento Jaume II de Palma. El discurso fue pronunciado por el coronel jefe del Palma 47. Fueron rememorados los hechos de 1585 en Flandes, cuando un soldado que cavaba una trinchera descubrió un objeto que fue atribuido a un milagro. Aquella unidad española, a punto de ser exterminada, consiguió salir del paso.
Ante numerosas autoridades militares, algunas civiles y numeroso público, el coronel José Ramón Pérez afirmó, refiriéndose a al Ejército, que «somos una sociedad uniformada que humilde y en paz, a retaguardia y callada, permanece siempre dispuesta a proteger nuestros valores: derechos, libertad, democracia, justicia, seguridad, Constitución...».
El acto concluyó con un desfile de las unidades motorizadas y a pie destacadas en este acuartelamiento y con la tradicional interpretación del himno de Infantería.
Fueron condecorados diversos oficiales, suboficiales y tropa, en el lógico ambiente de camaradería de esta celebración.