El Ejercito mostró este viernes su orgullo al conmemorar los 300 años de la creación de la Capitanía General de Balears, justo después del final de la Guerra de Sucesión y de la rendición de Palma ante las tropas borbónicas, que trajo también la promulgación del Decreto de Nueva Planta. Junto a este orgullo, se celebró un acto estrictamente profesional, emotivo en lo humano, pero sin el menor atisbo de partidismo. Fue una celebración dirigida a todos y para todos, muy castrense, técnica, sencilla y que rezumaba respeto.
Hubo representación institucional y política, comenzando por la delegada Teresa Palmer, pero excusaron su presencia la presidenta del Govern, Francina Armengol; el del Consell, Miquel Ensenyat; la presidenta del Parlament, Xelo Huertas, y el alcalde de Palma, José Hila.
El actual comandante general, Fernando Aznar, que es el 157 desde 1715, pronunció un discurso preciso, muy estudiado, basado en hitos históricos y en elogios a militares isleños laureados, pero dejando a un lado interpretaciones. El discurso de Aznar no se quedó en 1715 hasta nuestros días, sino que fue mucho más atrás, hasta la Edad Media, destacando la Conquesta de Jaume I y haciendo una referencia al último walí de Madina Mayurqa. Todos estos eventos tuvieron por testimonio «este marco incomparable de La Almudaina».
Durante el acto, con la presencia del segundo jefe del Estado Mayor del Ejército, el teniente general Juan Campins Miralles, se hizo el tradicional homenaje a los caídos. Después la tropa desfiló por la calle Palau Reial desde las arcadas del Parlament hasta La Almudaina. Hacía años que no se producía este desfile.