El informe de la Sindicatura de Comptes referida a la Conselleria de Salut señala que un centenar de trabajadores de Salut cobran más de 90.000 euros brutos al año. Este informe se refiere básicamente a cargos directivos, pero la preocupación ha llegado a los más cualificados profesionales de la sanidad pública, los médicos que afrontan las responsabilidades más difíciles, como pueden ser, entre otras especialidades, los cirujanos.
En principio, parece chocante que la presidenta Armengol perciba un sueldo anual de cerca de 66.000 euros cuando los mejores profesionales del IB-Salut tienen derecho a percibir sueldos mucho más altos, de hasta 120.000 brutos anuales. «Pero el actual Govern debería ir con mucho cuidado a la hora de tocar los pilares del más importante activo del Estado del bienestar: una sanidd pública de categoría».
«Es cierto que gano 100.000 euros brutos al año, pero haciendo siete u ocho guardias al mes y con una dedicación que me mantiene casi todo el tiempo en el hospital», comenta un cirujano mallorquín que ejerce en Palma, «con un grado de rsponsabilidad enorme. Meter el bisturí en un hígado o en un intestino humano requiere muchísima cualificación y vocación. Trabajamos de manera muy intensa y con constante vigilancia de nuestros pacientes. No sé qué haría mucha gente si tuvieran que irse a operar a las clíncias privadas». Entre estos segmentos de profesionales de altísima preparación causan «desconcierto» estos informes que señalan a miembros del IB-Salut como los mejor pagados de la Comunitat Autònoma. Recuerdan que «nos pagan las guardias por debajo de lo estipulado, pero ahí estamos, junto a los pacientes».
Este servicio de alta calidad e igualitario para todos los ciudadanos, se encuentra entre los mejores del Planeta . No sólo son los cirujanos, Otros especialistas médicos de primer nivel ven como su trabajo no es reconocido «como debería ser». Algunos recuerdan que en los últimos años de recortes han perdido «más del 20 por ciento del poder adquisitivo. Y seguimos adelante, en una actitud del todo positiva, porque somos conscientes de que nuestro trabajo es imprescindible y porque sabemos que la gente que atendemos y cuidamos nos necesita».
La actual estructura de la Comunitat Autònoma vive «paradojas». Mientras en un departamento técnico como el de Salut, «ya se escuchan quejas porque sus puntales ganan demasiado dinero», en otras Consellerías «se designan a técnicos para ocupar cargos políticos, como son las direcciones generales. Hay que saber separar ambos conceptos».
En otras legislaturas «se hizo un esfuerzo para que los médicos se sintiesen recompensados y reconocidos. Sería una lástima que en la actual se desvaneciese en parte este notable logro de la sanidad pública».