Con Miquel Vidal cada vez más escorado hacia el regionalismo con el apoyo de Génova y con la mirada puesta en las elecciones generales del próximo otoño, llega el primer gran reto para el nuevo presidente interino: designar al cabeza de lista. «En principio todo apunta a Mateu Isern. Es su hora», dicen fuentes del partido. Su elección para encabezar «la batalla en que Rajoy se lo juega todo y cada diputado será imprescindible» será bien recibida en la capital. Es posible que le PP pierda la mayoría absoluta «pero se tienen que sacar los votos suficientes para poder volver a formar Gobierno o será un desastre. Isern es ideal para el puesto. Tiene imagen y ha demostrado entereza y señorío cuando Bauzá y Rodríguez le apartaron de Cort».
El hecho de que Isern marche a Madrid «le aleja de la carrera para ser presidente balear. Pero hay que ser realistas. Mateu ya tendrá 59 años en 2019, cuando lleguen las próximas autonómicas. Y quien salga elegido presidente del PP Balear el año que viene es lógico que sea el candidato».
Este diseño a corto plazo de cara a elegir el candidato a las generales no está exento de problemas. Bauzá ha sido descabalgado, pero como expresidente y como senador es miembro nato del Comité jecutivo. Además, como presidente del PP de Marratxí (no ha dimitido de este cargo) también lo es de la junta directiva. Conserva poder interno y aún le queda el apoyo de los rodriguistas. «Pero todos juntos no tienen la fuerza suficiente para frenar la candidatura de Isern desenterrando los viejos celos. No se atreverán a hacerlo». El arma decisiva de Vidal para impedir que sigan provocando follones innecesarios se llama teléfono. «Madrid tiene entre ceja y ceja a Bauzá y Rodríguez y les impedirá cualquier movimiento obstruccionista».
Company
El año que viene vendrá la decisión más importante. ¿Quién se sentará en la silla que un día fundó Gabriel Cañellas?. Será, «sin duda», un regionalista. Todas las miradas se fijan en Biel Company, el hombre de discurso populista que domina la Part Forana como la palma de su mano, «Pero tampoco hay que despreciar a Martí Sansaloni, que sabe jugar muy bien sus cartas». En todo caso, de Company se espera que sea el hombre capaz de tender puentes con el PI y de cerrar viejas y dolorosas heridas abiertas por Bauzá, capaz de unificar al centro derecha y dotarle de populismo y de capacidad para enfrentarse electoralmente a la izquierda «sin caer en radicalismos ni madrileñismos inútiles».
Se acercan meses complicados para el PP Balear, pero «lo más importante, descabalgar a Bauzá, se ha conseguido». Ahora «sólo cabe esperar que sepa comportarse y no arme lío. Si está calladito aquí y se va a Madrid a hacer bien su trabajo de senador sin armar cacareos de pasillo, la situación tenderá a resolverse. El primer paso para lograrlo será lanzar a Isern».