El Govern balear ha aprobado este viernes una partida de 4,6 millones de euros a la renta mínima de inserción (RMI) para atender a las personas más desfavorecidas de Mallorca.
El portavoz del nuevo ejecutivo, Marc Pons, ha explicado que este acuerdo, a propuesta de la Conselleria de Servicios Sociales y Cooperación, procede de un expediente del anterior Govern.
La renta mínima de inserción es una prestación económica que tiene como objetivo garantizar los derechos de los ciudadanos que se encuentran en situación de precariedad económica y cubrir los gastos básicos para la supervivencia. Anualmente beneficia cerca de 2.300 personas.
Se trata de conseguir la inserción y la integración de las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad o inmersas en procesos de exclusión social.
La renta mínima de inserción es un programa que gestionan directamente los consells insulars.
Pons ha informado de que el nuevo Govern cambiará la RMI por una renta mínima garantizada (RMG) a partir del próximo año, que se implantará progresivamente según las posibilidades financieras del ejecutivo autonómico.