La mitad de los ciudadanos (un 51%) tiene el castellano como lengua materna en los territorios de habla catalana (Cataluña, Comunidad valenciana y Baleares), frente al 31% de los ciudadanos que tienen el catalán y el 10,6% otras lenguas, según el VIII Informe sobre la situació de la llengua catalana, que ofrece datos de 2014.
En rueda de prensa este lunes, el director de la Xarxa Cruscat del Institut d'Estudis Catalans (IEC), Miquel Àngel Pradilla, ha presentado este informe junto a la presidenta de Òmnium Cultural, Muriel Casals; el presidente del IEC, Joandomènec Ros, y la directora de la Plataforma per la Llengua, Mireia Plana.
Pradilla ha alertado de que la cifra de personas con lengua inicial catalana no ha parado de caer desde 2003, especialmente en Cataluña; de 2003 a 2008 se perdieron 86.000 catalanohablantes iniciales, y una década después la tendencia ha continuado decreciendo aunque más moderadamente, con un 0,5% menos (11.000 personas).
Uso social del catalán
La lengua por identificación es en un 47,3% el castellano, en un 36% el catalán y en un 8,5% otras; y la lengua habitual un 50,7% castellano, un 36,3% catalán y un 5,8% otras: «Las circunstancias comunicativas de los recién llegados hace que utilicen más el castellano que el catalán, una perspectiva que marca un retroceso».
Por eso, ha incidido en que las políticas lingüísticas deberán incidir en el «uso social de la lengua catalana» si se quiere que el catalán se un idioma de cohesión grupal.
Según datos generales de residentes en la comunidad lingüística catalana, el 90,8% de la población dice que entiende el catalán; el 64,3% declara saber hablarlo; el 70,5% lo sabe leer, y el 46,1% sabe escribirlo, unas cifras que mejoran en Cataluña con el 94,3% que lo entiende y el 80,4% que lo habla.
Sentencias y nuevo escenario
El informe señala la «hostilidad política sin precedentes» de los gobiernos autonómicos de Baleares y Comunidad valenciana, y recoge las resoluciones judiciales que han afectado a la lengua, especialmente en el ámbito de la Enseñanza que han situado el catalán en una «clara minorización».
«En Cataluña las sentencias han ido laminando el peso del catalán que, si bien no lo ha afectado en el conjunto, abre las puertas a una afectación sistémica cada vez mayor», ha deplorado Pradilla.
También ha remarcado que el informe de 2014 coincide con el final de unos mandatos y liderazgos que «no se han caracterizado por la amabilidad» en el tratamiento del catalán, y pronostica que los cambios de gobierno propiciarán una situación que será mucho mejor de la que había para el catalán.