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Bauzá no consiente que nadie le tosa en la junta local de Marratxí

José Ramón Bauzá. | Joan Torres

| Palma |

A José Ramón Bauzá le crecen los enanos hasta en su término municipal, Marratxí. Se está empleando a fondo para imponer a su favorito, Jaume Llompart, como portavoz del PP en el Ayuntamiento. Ya ha habido un conato de levantamiento contra él, y la tensión sigue creciendo. Marratxí puede convertirse en el detonante definitivo para echarlo de la presidencia del partido a nivel balear. «Va de despropósito en despropósito, como si hubiera perdido la olla», comentan fuentes internas.

En Marratxí (y en la cúpula del PP de Palma) consideran «surrealista» que Bauzá se obsesionase en continuar como presidente de la junta local del PP de Marratxí cuando fue nombrado presidente del PP Balear. «Nadie hace eso, Cuando un político asume una responsabilidad de alto rango, deja la tarea inferior a otro compañero. Así funcionan las cosas, no acumulando despachos». Pero Bauzá «es diferente». Humilló a Tomeu Oliver, que era el alcalde y al que le negó presidir la junta local. Oliver ha perdido las elecciones y ha arrojado la toalla.

Lo lógico era que nevo el portavoz del PP de Marratxí fuese el número dos de la lista Xisco Ferrà. Pero hete aquí que José Ramón Bauzá no le quiere. El hombre que predicaba aquello de «una persona, un cargo» y que ha anunciado que lo deja después del verano, se ha encabezonado en no querer a Ferrà, aunque Bauzá no sea concejal ni tenga ningún peso en el Ayuntamiento.«¿Cuál es el motivo?», se pregunta la militancia. La causa es que Ferrà es el marido de María Magdalena Gual de Torrella, una veterana militante que hace unos años cometió el pecado de ponerse del lado de Antoni Pastor cuando Bauzá le perseguía y «quería arruinarle la carrera política. Fue él quien le forzó a marcharse al PI», comentan en Marratxí.

Nadie entiende como un político como Bauzá, arrasado en las elecciones y que ha llevado al PP al nivel más bajo de su historia, quiera imponer portavoces locales como si nada hubiese pasado. «Pero así es». El favorito de Joserra, Jaume Llompart, fue impuesto por Bauzá como portavoz en una Junta de Marratxí. Pero al cabo de unos días la Junta volvió a reunirse sin Joserra, revocó el nombramiento de Llompart y votó por Ferrà. Ahora Bauzá ha vuelto a la carga para reimponer a Llompart, abriendo un culebrón que «sería para echarse a reir, aunque en el fondo hace llorar al comprobar lo rastrero que es el todavía president del Govern Balear», dicen en el PP.

Todo el PP ya comenta en Mallorca el caso Ferrà- Llompart y la inquina de Bauzá «hacia todo aquel que no se ha puesto de rodillas ante él en estos años tan negros que hemos vivido. Todavía se cree que tiene mayoría absoluta».

Control del partido

En el PP se han dado cuenta que José Ramón está trabajando a destajo para mantener el control del PP hasta el congreso extraordinario que no podrá celebrarse hasta 2016. «¿Porqué tiene tanto interés en no ceder ni un palmo de poder? ¿Qué pasa aquí? ¿Qué oculta?» Estas son las preguntas que se hace la militancia y muchos dirigentes, convencidos de que Bauzá quire «que todo siga igual y bajo su mano de hierro. Parece como si huyera de la realidad. El problema es que el electorado le ha dado la espalda. Si no se va, prontito y rápido, no habrá otro remedio que echarlo por las malas. Está tan ciego y empecinado que no deja otra salida», dicen, con lástima, destacados militantes.

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