Los católicos de Mallorca que asistan este domingo a misa escucharán la carta que el obispo de esta diócesis, Javier Salinas, les ha escrito en la que subraya que «ante cualquier abuso a un menor» hay que estar a su lado y «mantener tolerancia cero con el que ha abusado».
El prelado mallorquín ha redactado esta carta y ha querido que se lea en los templos tras las denuncias contra el prior de Lluc por presuntos abusos sexuales sobre un menor y contra el párroco de Sa Pobla.
El obispo mallorquín pone el acento en la necesidad de amparar a los denunciantes: «Sería una corrupción inaceptable olvidarnos de las víctimas». En la misiva, Salinas afirma que estos casos le llenan de «tristeza y preocupación».
«Son unos hechos muy graves que nos afectan a todos como comunidad eclesial y que el Tribunal Eclesiástico de nuestra diócesis está investigando», indica el prelado, para quien «todo abuso -incide- destruye la dignidad de los menores y deja en ellos una herida que es fuente de sufrimiento».
Salinas indica que los comportamientos denunciados, si se prueban, «se alejan radicalmente de la misión propia de quien ha sido puesto como pastor que debe cuidar de aquellos que se le han confiado».
«Los cristianos sabemos que somos pecadores, pero no queremos ser corruptos», incide el obispo, que apunta también que hay que «ofrecer ayuda a quien, con su comportamiento, pueda haber cometido un acto injusto y rechazable».
Agrega que, hasta que las denuncias no sean contrastadas «definitivamente», hay que «garantizar el derecho a la presunción de inocencia» de los acusados, de quien subraya «sus cualidades, esfuerzos y trayectoria personal» como sacerdotes.
Salinas cierra su carta con esta frase: «Unidos en la plegaria, en la búsqueda de la verdad y en la salvaguarda de los derechos de los implicados».