Creu Roja ayudó el año pasado a unas 2.400 personas –600 familias– a pagar la hipoteca o el alquiler de sus viviendas, prácticamente la misma cifra que el año anterior. La entidad gestiona desde hace tres años el programa Espai del Institut Mallorquí d'Afers Socials (IMAS), dotado con 500.000 euros anuales, para luchar contra la exclusión residencial.
La coordinadora autonómica de Creu Roja en las Islas, Juana Lozano, explica que este programa, que de momento se aplica sólo en Mallorca, se puso en marcha ante la gran demanda de familias que acudían a Creu Roja desesperadas porque iban a perder su casa, propia o en alquiler. Estas familias reciben un máximo de 3.000 euros anuales.
En 2014 se quedaron fuera de estas ayudas entre 100 y 150 personas, que son las primeras que han sido atendidas al comienzo de 2015.
«De media se atendieron entre 20 y 25 personas diarias –asegura Lozano– a las que se concedieron ayudas directas de dinero o en especies, como ropa y alimentos». A veces, apunta como caso real, la ayuda consiste en pagarle el billete de autobús para que la persona pueda desplazarse a otro municipio donde tiene una entrevista de trabajo.
Lozano reconoce que en el último año ha ganado peso entre los usuarios de sus programas el perfil del trabajador pobre, familias que hasta entonces habían tenido una vida normalizada y que al quedarse en el paro tuvieron que buscar ayuda, «y ahora nos enfrentamos a los trabajadores pobres, personas que han encontrado un trabajo pero que es tan precario que no les da para pagar todos sus gastos y también necesitan ayuda».