El Govern y la oposición se han culpado hoy mutuamente de la degradación de la zona turística de Magaluf, en particular de Punta Ballena, y de la imagen escandalosa que han ofrecido de ella medios de comunicación nacionales e internacionales durante este verano.
El conseller de Turismo, Jaime Martínez, ha recalcado en el Parlament que ha sido el Govern del PP durante esta legislatura el que, tras cuatro años de «inacción» de gestores de izquierda, ha afrontado la necesidad de favorecer la rehabilitación de Magaluf para que deje de ser el prototipo de destino turístico de ocio nocturno ligado a las drogas y el sexo.
«El modelo de Punta Ballena está destinado a desaparecer», pero «un modelo turístico no se cambia de la noche a la mañana», ha dicho Martínez, quien ha asegurado que, «si tuviera herramientas legales», locales como el que acogió el concurso de felaciones que provocó el escándalo el pasado mes de julio «hoy estarían cerrados».
Por contra, la diputada del PSIB Isabel Oliver y el parlamentario de MÉS David Abril han atribuido a la pasividad del Govern del PP la mala imagen de Magaluf por la proliferación de ofertas turísticas para jóvenes británicos ligadas al consumo abusivo de alcohol y al sexo fácil.