La Regidoria de Benestar Social «incrementará las medidas de inspección» del centro de acogida de familias y hará un «seguimiento del servicio de la empresa concesionaria», tras las críticas realizadas por algunos usuarios. Además, realizará una inspección general sobre las necesidades de mantenimiento de la infraestructura «para abordar las mejoras que hagan falta». «Ante cualquier queja, el Ajuntament actúa y da respuesta», manifestó la regidora de Benestar Social, Aina Ferriol, al terminar la reunión que mantuvo con dos de los usuarios afectados.
Curso escolar
Además, la regidora se comprometió a pagar las becas de los menores para que puedan seguir en la escola d'estiu del 1 al 11 de septiembre, mientras comienza el curso escolar, para evitar que los niños tengan que estar en la calle entre las 9:00 y las 13:00 horas. También estudiará otras mejoras, como implantar un menú infantil para los niños mayores de tres años.
El director técnico y la jefa de sección de Inclusión asistirán el lunes a la asamblea quincenal ordinaria del centro de acogida para que todos los usuarios les puedan trasladar sus opiniones.
Ferriol también se reunió con Intress, la empresa concesionaria del servicio. Intress responsabilizó a Cort de las quejas de comida, limpieza y mantenimiento porque las tiene subcontratadas a otras empresas. En referencia a las quejas de trato del personal, Intress aseguró que «que no se ajustan en ningún caso a la realidad» y argumentó que los profesionales «llevan años trabajando en dicho servicio sin que se haya producido ninguna denuncia».
Cort añadió que desde que abrió sus puertas en el año 2012, el nuevo centro de acogida de familias ha tenido seis quejas.
Por su parte, Alejandro Barrios, uno de los usuarios que se ha quejado, lamentó que ayer no se pusiera solución a problemas urgentes como la alimentación. «Tendré que vender lo poco que tengo para dar de comer a mis hijos», espetó Barrios.