Adoptar un menor es hoy más difícil que en los últimos quince o veinte años. Si nos centramos en las cifras, por primera vez los procesos internacionales cayeron en Mallorca el pasado año al nivel de los nacionales, con un total de 23 adopciones cerradas en cada caso. Una cifra, la primera, que no tiene nada que ver con la que se registraba hace una década, cuando se rozaba el centenar de procesos.
La explicación se encuentra en la situación actual de los mercados internacionales, cerrados casi todos ellos a las adopciones por parte de extranjeros.
Las razones
Pero, ¿por qué muchos países han cerrado sus fronteras a las adopciones extranjeras? Ramón Rotger, presidente de la Associació Illes Balears d´Adopcions (AIBA), lo explica: los factores son varios, pero uno de los que más ha pesado es el abuso que se ha dado durante años por parte de intermediarios a la hora de los pagos, también se han dado casos, incluso, de robos de menores.
Otra razón no menos importante ha sido la evolución económica positiva de algunos de los países en los que más adopciones se realizaban, que ha llevado cerrar las fronteras a los extranjeros en favor de los adoptantes nacionales.
Además se ha generalizado la prohibición de adoptar a las parejas homosexuales y es casi imposible para personas solas.
De los pocos países en los que todavía es posible adoptar un niño o una niña es Rusia, donde la paralización de los procesos en los últimos dos años mantiene en vilo a cerca de 20 parejas de la Isla, aunque parece que ahora se están desbloqueando. En este caso la media de espera es de las más bajas, y oscila entre dos y tres años. En el resto, la media se eleva a los 4-6 años.
El caso chino
China, país en el que hasta hace unos años se adoptaban niñas desde todas partes del mundo, no está cerrado del todo, pero la verdad es que adoptar en estos momentos es casi una quimera.
Las adopciones nacionales, finalmente, tienen ahora mismo un tiempo medio de espera de ocho años, lo que significa que muchas parejas inician el proceso de adopción con menores que todavía no han nacido.