La Conselleria d'Educació y su Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL) volvieron a centrar ayer todas la críticas de docentes, sindicatos, asociaciones de padres y madres y grupos de la oposición. El departamento que dirige Joana Maria Camps impone de nuevo su proyecto trilingüe a los centros que aún no han aprobado o han rechazado el TIL para el próximo curso. La noticia avivó la tensión con los docentes que, reunidos en asamblea, anunciaron protestas para el próximo curso. Anoche, CCOO anunció que el sindicato interpondrá un recurso contra la decisión.
Educació dictó una resolución que se publicó en el Butlletí Oficial de les Illes Balears (BOIB) de ayer en el que se informa a los centros que en fecha de 31 de julio no dispongan de un proyecto TIL aprobado, el próximo curso «tendrán que aplicar de forma transitoria el proyecto TIL elaborado por la Comisión de Coordinación Pedagógica, conforme a la normativa y con el informe de adecuación del Departamento de Inspecció Educativa, hasta que cuenten con un proyecto aprobado». La consellera Camps justificó la resolución: «No se trata de ninguna imposición. El objetivo es garantizar el derecho a la educación de los alumnos de Balears».
Claustros
A lo largo del mes de julio, Educació ha obligado a muchos claustros a reunirse para aprobar el proyecto TIL, a pesar de que varios lo han rechazado. Camps evitó ayer cuantificarlos y aseguró que «la mayoría» tienen el visto bueno de la Conselleria. Sin embrago, desde la Assemblea de Docents cifraron en un 87 % los centros que habían rechazado el proyecto trilingüe a mediados de junio.
La resolución fue contestada de inmediato. Los docentes, que ya tenían convocada la celebración de la asamblea de ayer, acordaron celebrar un día de huelga a principio de curso y reprender las movilizaciones para un curso que se prevé «caliente». En agosto celebrarán una nueva asamblea para concretar medidas y ratificar los acuerdos de ayer. Otra consecuencia fue la dimisión del equipo directivo del IES Josep Font i Trias de Esporles. Camps, por su parte, se mostró tranquila ante el anuncio de nuevas protestas. «Cada uno es responsable de lo que hace y el Govern se preocupa por los niños y niñas de Balears», sentenció, al tiempo que recordó que están dispuestos a negociar y llegar a acuerdos «con interlocutores válidos».
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