Jaume Matas está en manos de la burocracia penitenciaria. El expresident balear tiene una condena tan corta que juega en su contra a la hora de reducirla más. En primer lugar, como cualquier preso, tiene que ser calificado en uno de los tres grados penitenciarios. El normal, es el segundo y el tercero es el que permite ir a dormir sólo al centro penitenciario.
El exministro podría solicitar ser calificado en ese grado de forma automática por motivos de salud. Quien decide es el equipo de técnicos de la prisión que emiten un informe y, en última instancia el juez de vigilancia penitenciaria. Todo ese procedimiento puede llevar medio año, es decir, cuando Matas haya cumplido dos tercios de su condena y tenga derecho de sobra a aspirar a ese grado o incluso a la libertad condicional. Eso sí, Matas tiene algún aspecto en su contra, como el hecho de que tenga causas pendientes. Durante esta instancia en prisión es prácticamente imposible que llegue a tiempo para ser juzgado por otro caso. Los más avanzados que tiene son el 'caso Nóos', pendiente del que la Audiencia Provincial resuelva el recurso sobre el auto con el que el juez José Castro cerró la instrucción y el 'caso Turisme Jove', cuya instrucción también esta avanzada.
Acusaciones
Aunque no llegue a ser juzgado sí que podría haber ya un escrito de acusación en contra de Matas en el que se le reclamen penas de prisión. También es posible que el Supremo resuelva sobre la condena por cohecho que le impuso un jurado popular por el contrato falso de su mujer, Maite Areal.
Otro aspecto que tendrá que decidir la administración penitenciaria es dónde cumple su condena Matas. Si bien el exministro ingresó ayer en la cárcel de Segovia no tiene por que ser ésta en la que cumpla y podría ser trasladado. Esa es una atribución exclusiva del Ministerio del Interior en la que no hay ningún tipo de intervención judicial. Como referencia, eso sí, se toma el lugar de residencia del recluso, en este caso Madrid. De todas formas, Matas podría pasar por la prisión de Palma en el caso de que uno de los juzgados que le mantiene imputado le citara para declarar o para cualquier trámite que requiera la presencia del encausado.
El expresident tendrá que esperar unos meses también para poder tener permisos, algo que puede solicitar a partir de un cuatro de su condena. Las visitas familiares, los bis a bis, en principio se producen una vez cada dos semanas y de ellos, uno es de carácter íntimo si el preso lo solicita.