Hay efemérides que no deberían existir. Como la de ayer. La correspondiente al primer aniversario del peor incendio forestal registrado en la historia reciente de Mallorca. En la mañana del viernes 26 de julio de 2013 –después de que un desaprensivo vaciara en un descampado del barrio de Son Curt (Andratx) una carretilla con las cenizas, todavía candentes, de una torrada celebrada la noche anterior– se declaró un incendio que durante una semana devoró 2.335 hectáreas de la Serra de Tramuntana. Siete días de zozobra, cuyo episodio más dramático se vivió el 28 de julio cuando la proximidad de las llamas a Estellencs obligó a evacuar a los 700 vecinos del pueblo. Especialmente virulenta fue la acción del fuego en el perímetro delimitado entre las fincas de Es Grau y Son Fortuny, y Ses Alquerioles y Es Penyal d'en Rigo, donde, incluso después de la extinción de las llamas, dotaciones terrestres y aéreas del Ibanat trabajaron día y noche para refrescar la superficie quemada.
Cuando a las 15.15 horas del martes 6 de agosto el Institut Balear de la Natura (Ibanat) dio el incendio por extinguido, el fuego había arrasado 2.139 hectáreas del municipio de Andratx. También habían ardido 188 en Estellencs y ocho en Calvià, convirtiendo las estribación occidental de la Serra en un campo de cenizas. «Paisaje lunar», titulaba Ultima Hora tras conocer los primeros datos oficiales del alcance de las llamas.
Un año después de la catástrofe, la Conselleria d'Agricultura, Medi Ambient i Territori del Govern balear ha actuado sobre un total de 270 hectáreas de las 300 consideradas como prioritarias por el Plan de Restauración Ambiental de la Serra de Tramuntana, lo que supone la ejecución de prácticamente el 90 por ciento de las actuaciones planificadas para los dos primeros años posteriores al incendio.
Las actuaciones realizadas han ido encaminadas a garantizar la seguridad de las personas y bienes, el control y prevención de procesos de desertización y aparición de plagas; así como la regeneración de la cubierta vegetal de la zona afectada y la recuperación de la flora y fauna autóctonas.
Seguridad
Las zonas restauradas durante estos 365 días corresponden a un total de 174 fincas privadas, 46 de ellas de uso agrícola. El resto, eminentemente forestales.
En cuanto a las medidas adoptadas para garantizar la seguridad de las personas y bienes, se ha creado una faja de seguridad de 20 metros de amplitud a ambos márgenes de la carretera Ma–10 que une las poblaciones de Andratx y Estellencs. También se ha instalado una malla metálica antidesprendimientos en los puntos críticos de esta vía, muy concurrida durante los meses de verano debido a su enorme atractivo turístico.
Además, durante este año se han acondicionado 3.744 metros cuadrados en los caminos de acceso a sa Coma d'en Vidal y a la Trapa. En estos enclaves se han restaurado marges y se ha iniciado la recuperación de los cultivos en una hectárea de es Grau.