La asamblea de trabajadores de Emaya se negó ayer en redondo a desconvocar la huelga y emplazó a sus representantes en el comité de empresa a que no acepten la oferta planteada por la empresa. Los trabajadores mantuvieron varias reuniones durante el día de ayer en función de los turnos de trabajo, y en ellas quedó claro que no hay voluntad de acuerdo si la empresa no mueve ficha.
Los trabajadores desconfían de la empresa y consideran que la propuesta de contratación de refuerzos es vaga e inconcreta.
Última propuesta
La empresa entregó ayer por la tarde una última propuesta que pasa por la creación de la figura del peón, con un sueldo de 16.000 euros, y menos responsabilidades que el peón especializado. Se compromete a hacer un estudio para ver cuántos serían necesarios para cubrir el servicio. A cambio de ratificar el convenio, Emaya quiere además que se garantice la paz social durante un año.
El comité reconoce que se trata de un avance, pero hay más cuestiones en conflicto, como la vía de contratación de todo este personal. Los trabajadore dicen que debe mantenerse el bolsín de interinos, mientras que la empresa afirma que los contratos deben hacerse a través del SOIB. La oposición de los trabajadores había forzado una nueva reunión de las partes en el TAMIB, que continuará hoy. No se descarta que, si no se alcanza el acuerdo, las negociaciones se prolonguen durante el fin de semana.
Si la huelga se mantiene, las partes tendrán que acudir ese mismo día al juzgado, donde se celebra el juicio para determinar si es o no ilegal. La empresa sostiene que las reivindicaciones de los trabajadores exceden sus propias competencias lo que demuestra que la huelga persigue fines políticos.
La resolución judicial no se conocerá ese mismo día, pero una sentencia que determine que la huelga es ilegal podría tener consecuencias entre los trabajadores, ya que se establece incluso la posibilidad de que haya despidos procedentes.