En los últimos dos cursos ha descendido un 30 por ciento el número de alumnos de los comedores escolares de centros públicos, y este descenso se debe, en gran parte, a que «las ayudas no llegan a los que más las necesitan cuando las necesitan».
Iñaki Aicart, uno de los portavoces de la Assemblea de Docents, y Vicens Rodrigo, presidente de Fapa-Mallorca, realizaron ayer esta denuncia conjunta de lo que consideran un «sistema perverso» -las ayudas llegan con más de un año de retraso y las familias tienen que adelantar un dinero que no tienen- y por eso propusieron a la Conselleria d'Educació «pasar de ayudas a becas para que se empiecen a pagar a priori en vez de a posteriori, porque el derecho a la educación pasa por una becas justas y bien planteadas».
En tema de ayudas, afirmaron, «la Conselleria se vuelve a reír de las familias». «Los recursos se han de adaptar a las necesidades y no al revés», dijo Rodrigo, quien añadió que «si Educació argumenta que no hay dinero le recordamos que se ahorró unos 5 millones de euros con la huelga de los docentes».
Para dar ejemplo de la situación, el presidente de la AMIPA del colegio Rafal Vell, Miquel Àngel Verd, explicó que su centro tiene este curso 148 niños que comen en el comedor, «cuando el año pasado eran 210, por ejemplo». Y reconoció que se ha tenido que prescindir de personal.
Además, la cuantía de las ayudas ha ido descendiendo año tras año, del millón de euros del curso 2010-2011 a los 800.000 euros del curso actual.
En cuanto a las ayudas al transporte escolar denunciaron que hace varios años que no se convoca y sobre los libros de texto mostraron su preocupación por el «fuerte gasto» que supondrá para las familias, ya que tanto el TIL como la LOMCE obliga a cambiar casi todos los manuales.