Un juzgado de Toledo ha condenado al hospital Tres Culturas de Toledo a pagar más de 230.000 euros de indemnización a los herederos de un mallorquín que falleció en la ciudad castellana en la que se encontraba de vacaciones.
El fallecido había acudido a urgencias al notar un fuerte dolor en el tórax. Ingresó en torno a las tres de la tarde del 28 de septiembre de 2010. Tenía un historial de hipertensión y le dejaron en un box. Tres horas después se le dio de alta tras un único análisis con el que se descartó que sufriera un infarto. Se le recetó un analgésico. Doce horas después de su ingreso falleció de forma fulminante a causa de un aneurisma que no se le detectó.
Los peritos que declararon en el proceso dejaron claro que el médico no tomó todas las precauciones necesarias antes de dar el alta. Señala el juez que «hubiera bastado con una prueba tan sencilla como una radiografía». Así se hubiera descubierto el aneurisma que hubiera llevado a que se le hiciera una operación de urgencia que con un 90 por ciento de probabilidad hubiera salvado su vida.
De esta manera, el magistrado da la razón a la familia, representada por el letrado Ignacio Forteza Rey y condena al hospital, al médico y a sus seguro a pagar una indemnización.