Regatistas y socios del Club Marítim Molinar de Levante realizaron ayer una acción simbólica para demostrar la peligrosidad de las instalaciones y reivindicar la reforma del mismo con el objeto de dotar al club de un puerto seguro y sostenible que garantice la supervivencia del club así como la práctica de la navegación y la vela.
Rafael Vallespir, presidente del C. M Molinar destacó ayer la importancia de «redimensionar el proyecto para consensuar con la barriada la ampliación del club».
«El 80 por ciento de los socios son del barrio y no queremos ningún conflicto con los vecinos», señaló sobre un proyecto al menos 2,8 millones de euros, que debe frenar la desaparición del club (1917), que perderá en 2018 la concesión si no cumple con las normas de seguridad actuales, dictadas por Autoridad Portuaria y el Ministerio de Fomento.
Vallespir recordó el accidente que sufrió una regatista el pasado fin de semana durante la celebración de campeonato de Balears 420, cuando volcó su embarcación.
Santi Cañellas, técnico superior de la Federación Española de Vela, señaló ayer la «peligrosidad» que supone para las embarcaciones salir con la orza sin estar debidamente colocada ya que el calado del puerto no lo permite: «Es un barco sin gobierno. A veces, según como entra la fuerza del mar, chocamos hasta con el timón», dijo.