Federico Rubio Carvajal, funcionario del cuerpo de gestión catastral del Ministerio de Hacienda, es el asesor fiscal de toda la Familia Real. La Infanta, tanto a preguntas del juez como de la abogada del Estado, Dolores Ripoll, se esforzó en desvincular sus gestiones tributarias de las de su marido. «¿Dónde enviaba sus datos fiscales para que preparasen su declaración? A Madrid, al palacio de la Zarzuela», explicó.
Al juez, Cristina de Borbón le contestó que Rubio Carvajal es su asesor fiscal «por derivación y por formar parte de la Familia Real». Castro insistió: «Usted sabía que es funcionario del Ministerio de Hacienda?» Ante la negativa de la Infanta apostilló: «Si lo hubiera sabido hubiera aceptado sus consejos, porque para pagar lo que toca no hace falta tener un asesor fiscal, uno va a Hacienda y le hacen allí lo que tengan que hacerle». La Infanta replicó: «A mí me hace la declaración como miembro de la Familia Real, como uno más. Yo no sé quién es este señor ni qué bagaje tiene. Confío en él como confiamos todos».
Sobre los motivos por los que siempre ha hecho una declaración de la renta separada de su marido, la Infanta no dio más explicación que porque así lo hacía Rubio. Éste a su vez contactaba con el asesor fiscal de Urdangarin, Miguel Tejeiro, para la cuenta común que tenía el matrimonio en Barcelona.
A preguntas de la abogada del Estado, la Infanta aseguró desconocer detalles básicos sobre impuestos como qué es el programa Padre.