La Diócesis de Mallorca ha dinamizado el encuentro interconfesional más importante del calendario cristiano. Del 18 al 25 de enero, fieles del mundo entero han rezado por la unidad de la Iglesia. La cita ha congregado, con más participación que otros años, a los representantes de todas las tradiciones cristianas en Mallorca: protestantes, ortodoxos y católicos de rito oriental o bizantino, además de las comunidades católicas alemana, china y francesa, entre otras.
Llorenç Alzina, delegado diocesano para las relaciones interconfesionales cristianas, es el alma mater de la Semana de Oración. El encargado de ecumenismo puso el acento en la importancia de esta celebración, «tanto por el impulso de las comisiones mixtas que promueven el estudio teológico para alcanzar la unidad de la Iglesia, como en el trabajo conjunto realizado en el campo de la atención social».
Un encuentro para rezar juntos y compartir la amistad es la clave de esta celebración fundada por el pastor anglicano Paul Watson en 1908 en Nueva York. «En Mallorca, la Semana de Oración tuvo su primera edición el año 1970 en el monasterio de Santa Margarita», explicó Alzina.
«Desde entonces, la importancia de este encuentro ecuménico ha ido en aumento dado que en la Isla conviven personas de 148 nacionalidades, aún así todavía no le damos la importancia que merece», matizó. El intercambio de púlpitos y el oficio de actos ecuménicos especiales comenzó con el rezo de las vísperas bizantinas celebradas en Santa Catalina de Siena, donde se reunieron ortodoxos de los patriarcados de Moscú y Constantinopla.
El calendario de oficios lo completaron las vísperas bizantinorrumanas celebradas en la iglesia de la Concepción, la lectura de la Palabra en el templo de la Purísima Concepción (de antiguas capuchinas, ahora de franciscanas TOR) de las comunidades católica oriental de Rumanía y Ucrania, los actos en el oratorio de Sant Llorenç de la parròquia de Santa Creu de la parroquia católica alemana y evangélica luterana alemana.
Como broche final, el sábado tuvo lugar la celebración de los religiosos de Mallorca en el templo de Santa Magdalena de Palma, con la presencia del delegado de relaciones interconfesionales, Llorenç Alzina.