El verano de 2013 ha sido uno de los mejores en cuanto al número de turistas en Balears. El incremento de visitantes se ha trasladado en un aumento del gasto que realizan, de acuerdo con las estadísticas oficiales. Sin embargo, las patronales de comercio, restauración y oferta complementaria coinciden en señalar que no han notado una mayor rentabilidad.
La presidenta de CAEB Restauración, Pilar Carbonell, no quiso hablar de porcentajes, aunque dejó claro que no se cree las cifras estadísticas del gasto turístico. «Hemos trabajado más, es cierto, pero no lo notamos en nuestras cuentas de resultados», manifestó. Según su opinión, los costes de los empresarios se han incrementado mientras que los turistas «gastan menos y nosotros no subimos precios». De todos modos, aclaró que el comportamiento de los visitantes ha sido desigual en las zonas turísticas de la Isla.
Impacto
En cuanto al comercio minorista, si bien ha liderado el repunte a nivel estatal, las patronales del pequeño y mediano comercio Pimeco y Afedeco coinciden en señalar que el incremento de ventas se debe al buen comportamiento del sector de la alimentación, gracias al turismo residencial. En cambio, esa mejoría no ha sido tan acusada en el textil. Asimismo, reconocen que algunos comercios del centro de Palma sí que han notado una mejoría.
Tampoco las grandes superficies se muestran muy satisfechas del aumento de turistas este verano, «los niveles de ventas han bajado entre un 6 y 8 % respecto al verano de 2012, pese a que ha habido mayor afluencia de visitantes. Además, hemos apreciado una pérdida de poder adquisitivo de los turistas, tanto de los que han llegado vía aeropuerto como por el Port de Palma, es decir los cruceristas», afirman.
El presidente de la Asociación de Mallorca de Atracciones Turísticas, Antonio González, incide en que «el verano no ha sido bueno para la oferta complementaria, principalmente por el gasto turístico realizado. El perfil económico del turista no ha sido el esperado, lo cual ha afectado a la rentabilidad empresarial».
González incide en una cuestión impositiva a la hora de justificar el descenso de la rentabilidad empresarial, «ya que hemos tenido que soportar el incremento del IVA en nuestro sector y no repercutirlo en los clientes. Este hecho ha provocado un encarecimiento en algunos productos de Balears como destino vacacional respecto a otros países competidores en la cuenca mediterránea».