La cúpula del PSIB ha reaccionado con dureza extrema ante la posibilidad de que la excaldesa Aina Calvo -'precandidata' para unas primarias que aún no están convocadas- incorpore a su propuesta política la no derogación del decreto que regula el Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL), según dio a entender durante su comparecencia para anunciar que quiere ser la candidata del partido en 2015.
El secretario de Política Educativa del PSIB, Rafel Fernández, afirmó ayer que «Aina Calvo ha echado por tierra el trabajo de dos años» e indicó que «he pedido contundencia a la Ejecutiva para que no se ceda en este punto, que el TIL se derogue y no quede la más mínima duda de nuestras intenciones».
Plurilingüismo
La propia Aina Calvo acudió ayer tarde a una reunión de la Comisión Sectorial de Educación del partido. Fue tras varias horas de debate interno a través de su grupo de Whatsapp después de que la exalcaldesa de Palma dijera que era más partidaria de construir que de derogar y de que no dijera explícitamente que no derogará el TIL. «He hablado con Aina Calvo y me ha dicho que los periodistas sacaron un titular tergiversando sus palabras».
En la reunión no utilizó la expresión 'tergiversar' -según algunas fuentes- pero sí admitió que se pudo generar confusión.
Lo cierto es que, según la información facilitada a ese diario, en ningún momento ha manejado el PSIB otra opción que no sea 'derogar'. De hecho, existe un texto alternativo al TIL que destierra el vocablo 'trilingüismo' y lo sustituye por 'plurilingüismo'. Parte del Decreto de Mínimos; no reconoce al inglés como vehicular y lo excluye de asignaturas conceptuales, por ejemplo las Matemáticas o Ciencias Sociales. El portavoz de Educación del partido entiende que Calvo «se ha equivocado al plantear la no derogación del TIL sin haber avisado antes.
«He sido yo el que he recibido las bofetadas en las reuniones con los docentes, el que he tenido que dejar claro lo que piensa el partido y el que ha explicado que derogaremos el TIL cuando gobernemos», aseguró ayer noche Rafel Fernández después de un día tenso.