La Trapa aún mueve conciencias. El GOB ha recibido miles de muestras de solidaridad después de que el mayor incendio forestal de la historia de Balears quemase gran parte de la finca el pasado 27 de julio. Particulares y entidades han mostrado su apoyo a la entidad ecologista, que adquirió la finca en el año 1980 a través de participación popular para evitar que se urbanizara. Más de treinta años después, la solidaridad de los mallorquines con la Trapa continúa viva.
Desde el pasado mes de agosto, el GOB cuenta con una lista de alrededor de 4.000 personas que se han ofrecido como voluntarias para ayudar. Además, entidades, ayuntamientos y empresas han facilitado a los ecologistas la obtención de recursos económicos. Todos quieren aportar su «granito de arena». A pesar de que el GOB dispone de un profesional que se dedica a la Trapa a tiempo parcial, la ayuda de los voluntarios «es y será fundamental para avanzar en el proyecto de recuperación d la finca», aseguran los ecologistas.
Organización
De hecho, para llevar a cabo las acciones más urgentes se organizan jornadas quincenales de voluntariado y la organización insiste en que la cantidad de trabajo que pueden realizar cien personas en una sola mañana es «impresionante».
El 1 de junio de 1994 la finca ya se quemó en su totalidad. El pasado verano el incendio afectó a gran parte de las infraestructuras de la Reserva, a los cierres perimetrales para evitar el acceso de las cabras y toda la red hídrica, entre otros.
En estos momentos, las actuaciones que se llevan a cabo en la Trapa se centran en diferentes ámbitos. Por un lado, contribuir a la recuperación forestal de la zona. El objetivo es evitar los procesos de pérdida de suelo fértil (erosión) a fin de que se pueda restituir la vegetación preexistente. Por eso en algunas zonas se han utilizado los pinos quemados para formar estructuras de contención. Próximamente se lanzarán semillas de especias fijadoras y enriquecedoras del terreno. Otra de las tareas es preparar la finca ante posibles futuros incendios. En este aspecto, hay que estructurar la finca de forma que si vuelve a llegar el fuego tenga las menos facilidades posibles para extenderse.
Patrimonio
Los trabajos también contemplan evitar y revertir la degradación del patrimonio etnológico. El incendio ha agravado el estado de conservación de algunas construcciones, especialmente ‘marges', que ahora sin el papel de retención que hacía la vegetación son todavía más inestables. Se tienen que rehacer los ‘marges' derribados o degradados para evitar la pérdida irremediable de este importante patrimonio de la finca.
Otro de los objetivos es facilitar los trabajos del voluntariado. Abortado el proyecto de convertir las casas de la Trapa en un refugio de la ruta de pedra en sec por parte del Consell de Mallorca, ahora se plantea habilitar parte del espacio edificado como lugar para que los voluntarios puedan estar bajo cubierta.