El PSIB-PSOE ha pedido hoy la retirada Plan de Reforma Integral (PRI) de la Platja de Palma, que convertirá esta tradicional zona turística en un «agujero urbanístico, más masificado, peor conectado y con insuficiente dotación de servicios para turistas y residentes».
En opinión de los socialistas, la propuesta del Consorcio de la Platja de Palma para esta zona es un «desbarajuste legal, una aberración urbanística y un mal proyecto de futuro», ha declarado el diputado autonómico socialista Jaume Carbonero, que ha ofrecido hoy una rueda de prensa junto a la diputada Bel Oliver.
El PSIB-PSOE ha presentado un escrito con alegaciones sobre 21 aspectos del PRI que en su opinión se deben modificar.
«El PRI -ha dicho Carbonero- no se adapta a ninguno de los planeamientos supramunicipales existentes, como el PTI y el POOT».
De esta manera, ha proseguido, la Platja de Palma será «un agujero dentro del ordenamiento urbanístico de la isla de Mallorca, que no respeta los límites de crecimiento ni de ordenación que sí afectan a todo el resto de la isla y también al resto de los municipios de Palma y Llucmajor».
En segundo lugar, el PRI supondrá un «aumento brutal» de la ratio turística, es decir, «más masificación y menos esponjamiento».
Si en la actualidad la Ley vigente turística 8/2012 prevé 60 metros cuadrados de solar por cada plaza hotelera, el PRI reduce estos requisitos a 30 o incluso 10 metros cuadrados por plaza, lo que supone «un paso más a hoteles sin espacios comunes, espacios verdes y simplemente más y más habitaciones», ha lamentado.
Por otra parte, ha continuado, este proyecto no tiene en cuenta otras normativas que, de facto, contribuyen a masificar aún más la zona como es la posibilidad de aumentar dos alturas más los hoteles de 4 estrellas.
Además, tampoco prevé infraestructuras ni equipamientos para todas estas plazas adicionales que se pueden construir en base a esa otra normativa, ha subrayado Carbonero.
En materia de movilidad, el PRI es también «muy deficitario» ya que no tiene en cuenta ningún sistema de transporte colectivo para mejorar la conectividad.
En definitiva, «ni los turistas, ni los residentes ni el resto de los ciudadanos de Mallorca saldrán beneficiados de una reforma que hará de la Playa de Palma un agujero urbanístico aislado, autárquico y al margen de la ley», ha reiterado Carbonero.