Alcaldes del Partido Popular consultados por este periódico discrepan en varios aspectos de la interpretación que ha hecho el Govern de la manifestación del domingo contra el TIL. Todos coinciden en la necesidad de seguir dialogando y de intentar alcanzar acuerdos con la comunidad educativa, pero algunos llaman también a la autocrítica, a tomar nota de lo sucedido y reconocen -al contrario que el vicepresidente Antonio Gómez, el cual dijo que la protesta «no representa el sentir popular»- la transversalidad de la movilización.
Biel Serra, alcalde de sa Pobla, interpreta la manifestación «como una lección de la que se debe tomar nota y a partir de la cual se debe hacer autocrítica [...] de una cosa que no se ha hecho bien». El domingo en Palma había simpatizantes e incluso afiliados del PP de sa Pobla. «Entiendo que nadie cuestiona el trilingüismo, sino su modelo de implantación», dijo, e insistió en la necesidad de «hacer autocrítica».
Otro que admite sin tapujos la transversalidad de la protesta es Joan Simonet, el alcalde de Alaró (también con mayoría absoluta). «No fui a la manifestación, pero en los cuatro autocares que salieron de Alaró había gente de todo tipo», manifestó, queriendo decir que hubo manifestantes de todas las sensibilidades políticas. Respeto al éxito de la protesta, indicó que «se veía venir».
Rafel Torres, alcalde de Inca, opina también que «se debe hacer autocrítica», pero puntualiza que «no me gusta nada la deriva política que ha tomado la protesta. No sé qué pintaban allí representantes de formaciones políticas catalanas», dijo en referencia a la presencia de algún dirigente de Esquerra. Asimismo, insistió en la necesidad de dialogar y aseguró que dentro del TIL «el catalán mantendrá una presencia superior al castellano y el inglés». El alcalde de Palma, Mateo Isern, calificó de «histórica» la manifestación del pasado domingo y aseguró que es un «mensaje clarísimo de que se debe continuar con el diálogo, la negociación y se debe llegar a una solución consensuada entre todas las partes». El alcalde manifestó que «la manifestación obliga a las partes a encontrar una solución porque la sociedad lo pide». No obstante, precisó que «la política educativa es competencia del Govern» y «debe tener en cuenta a la comunidad educativa».
La alcaldesa de ses Salines. Maria Bonet, que durante estos días no se había pronunciado, asseguró que «todo el mundo tiene derecho a manifestarse, y la manifestación fue un éxito ya que contaba con el impulso de los profesores, pero ahora espero que puedan poner de su parte. El Govern ha cedido y ellos no han cedido». Para el alcalde de Campos, Sebastià Sagreras, «la Administración tiene que escuchar y valorar en sus justos términos», señala que «la conclusión es que el pueblo quiere negociar y que no se levanten de la mesa hasta tener un acuerdo». Por su parte el alcalde de Montuïri, Jaume Bauzà no entró en valoraciones y dijo que «me remito a lo que diga el secretario general». El alcalde de Pollença, Bartomeu Cifre Ochogavía, mientras, opina que «hay que tomar nota y pensar cómo y por qué se ha llegado a una manifestación sin precedentes en las Illes». Cifre Ochogavía, que en las últimas semanas ya se había distanciado de la postura oficial del partido, aseguró ayer que «es evidente que una movilización tan grande como la del domingo, con tanta gente de diferentes perfiles ideológicos y sociales es para tener en cuenta».
Al alcalde de Pollença no le convence el argumento empleado por algunos de sus compañeros de partido que hablan de una manifestación política. «No lo es y lo sabemos porque en nuestro municipio los alcaldes vemos a diario que es gente de todas las ideologías».