La Audiencia Provincial de Baleares ha condenado al Banco Popular a devolver un total de 450.000 euros a dos ancianos que en 2007, con 75 y 78 años de edad, invirtieron el dinero que habían ganado con la venta de dos casas en participaciones preferentes.
Según ha informado la Asociación de Consumidores de las Islas Baleares (ACUIB) en un comunicado, la sentencia ha dictado que el producto fue vendido «sin especificar riesgo alguno para la inversión ni relacionar ninguna de las características inherentes al producto enumeradas por la CNMV».
La ACUIB ha explicado que estos dos ancianos, al vender dos propiedades, acudieron al Banco Popular a preguntar cómo podían ahorrar ese dinero, de modo que el banco les ofreció participaciones preferentes de Royal Bank of Scotland indicándoles que se trataba de renta fija que vencía en dos años y una interesante rentabilidad.
Durante dos años, recibieron periódicamente extractos en los que se indicaba que el producto vencía en diciembre de 2009 hasta que, tras la crisis de 2008, Royal Bank of Scotland fue intervenido por el Gobierno británico, por lo que las preferentes dejaron de dar intereses y no fueron amortizadas, de forma que perdieron su dinero. A partir de la suspensión de pagos, el Banco sustituyó la información que aparecía en los extractos y empezó a poner perpetuo, según la ACUIB.
Por ello, la pareja puso una demanda que fue resuelta favorablemente en Primera Instancia y ahora ha sido refutada en la Audiencia Provincial.
Las bancas se desmarcan
La ACUIB ha criticado que, en estos casos, las Bancas Privadas intentan desmarcarse de los hechos alegando que fueron los clientes quienes voluntariamente y con plena conciencia decidieron comprar estas participaciones, sin asesoramiento de la entidad, precisamente una de las circunstancias que se investigaron en esta causa.
Para la Asociación, esta sentencia «es un paso más en el cada vez más firme y sólido reconocimiento judicial» de la generalizada colocación por las entidades financieras de productos de alto riesgo entre los clientes, «muchos de ellos de edad avanzada, y con escasas posibilidades de conocer el nivel de riesgo que estaban asumiendo» y cuya contratación «sólo se debe a la confianza depositada» en los profesionales de las finanzas».
Por último, los consumidores de Baleares han destacado que la CNMV, organismo encargado de velar por el respeto de la normativa del mercado de valores, nunca había sancionado a las entidades hasta que «lo que eran prácticas singulares y ocasionales se convirtió en un cáncer que ha acabado con los ahorros de decenas de miles de familias y pequeñas empresas».