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Las consecuencias del TIL

Deyá llama a «negociar hasta debajo de las mesas» una salida al conflicto educativo

Miquel Deyá y el rector Llorenç Huguet, con expresivo gesto ambos, el jueves en la UIB durante la inauguración del curso académico. | M. À. Cañellas

| Palma de Mallorca |

El director general d'Universitats, Recerca i Transferència del Coneixement, Miquel Deyá –catedrático de Historia y exvicedecano de la Facultad de Filosofía y Letras– lamentó ayer que el Ejecutivo del que depende rechazara la mediación de rector de la UIB en el conflicto surgido a raíz de la aprobación del decreto sobre el Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL) y admitió que se siente «incomodidad» y «esquizofrenia» ante todo lo que está ocurriendo.

«Mi situación es incómoda y esquizofrénica; mi obligación legal es con el president pero mi compromiso moral es con la UIB y con el rector y cuando uno de los dos me diga que ya no puedo trabajar a favor de la Universitat o que ha perdido mi confianza, me iré», comentó ayer coincidiendo con el primer fin de semana de la huelga y un día después de que la portavoz del Ejecutivo, Núria Riera, despachara la propuesta de mediación del rector Huguet con la frase «el Govern no necesita mediadores para negociar».

Cargos y cargas

«Todos sabemos que es mejor un mal acuerdo que un buen pleito y las dos partes tendrán que sentarse a negociar porque esto no puede durar muchos más», explica Deyá echando mano de la experiencia que aporta la Historia en otros conflictos anteriores.

Y hace la siguiente reflexión: «Estas cosas terminan por resolverse debajo de las mesas. Los sindicatos se han visto desbordados por la Assemblea de Docents que les ha pasado por la izquierda. Los interlocutores válidos son el que legisla y los sindicatos. La negociación corresponde a los sindicatos y no a la asamblea. Eso es así, nos guste o no».

Deyá no deja de pensar sobre lo que ocurrió el jueves en la inauguración del curso académico de la Universitat.

«Yo creo que tendía que haber acudido alguien más [del Govern] a la Universitat. Al final sólo acudí yo. Se me llegó a proponer, y no del lado del Govern precisamente, que fuera sin hablar. Pero yo dije que no. No me oculté en ningún momento, salí por la puerta principal y comí en el comedor de la UIB, rodeado de camisetas verdes, y allí coincidí con sindicalistas. Yo mismo he sido sindicalista del STEI y por eso digo que los sindicatos tienen que jugar un papel relevante en la solución del conflicto», señala.

Durante su intervención, que no fue escuchada por algunos representantes de la comunidad educativa pero sí por otros, afirmó que el puesto que ocupa «más que un cargo es una carga».

Con ello, precisa, no es que esté pensando en abandonar. «No, mientras tenga la confianza del presidente del Govern, que es el que me nombró, y del rector de la UIB, con quien tengo una responsabilidad intelectual y moral», señala tras recordar no ha tenido nada que ver con el TIL. Eso sí, considera que hubo un punto de «inflexión» en este asunto: el auto del TSJB. El Parlament, salvo cambio ahora no previsto, convalidará el martes el decreto del Govern que ‘oficializa' el TIL.

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