El Ajuntament de Palma no retirará los buzones de la recogida neumática de basura de momento, ya que los servicios jurídicos de Emaya aconsejan esperar a que se instruya la demanda que la empresa ha presentado contra la UTE (Envac Iberia, Urbaser y Actividades de Construcción y Servicios) instaladora de la recogida neumática de basura. En este sentido, el presidente de Emaya, Andreu Garau, explica que los servicios jurídicos de Emaya recomiendan pedir autorización al juez para retirar los contenedores de la recogida neumática que lleva más de un año fuera de servicio.
Más de 20 millones
Garau aseguró que le gustaría poder quitarlos del centro de Palma, ya que no son positivos para la imagen de la ciudad, pero argumentó que no pueden arriesgarse a cometer un fallo que les pueda hacer perder el pleito que han planteado a Envac. El presidente de Emaya destacó que la empresa reclama una indemnización superior a los 20 millones de euros, ya que el sistema ha quedado fuera de servicio a los 10 años de estar en funcionamiento y tenía una vida útil de 30 años. Además, la recogida neumática ha sufrido una incidencia cada dos días desde su entrada en funcionamiento, ocasionando importantes gastos que han asumido los ciudadanos.
Envac se ofrecía a volver a poner en marcha el sistema de recogida neumática, pero no a asumir los gastos derivados de la ejecución de la obra civil en los 1,2 kilómetros de calles del centro cuya situación ruinosa ahora reconoce (en principio sólo 400 metros), ni reparaciones en los restantes 11 kilómetros de tuberías subterráneas. El instalador del sistema tampoco llegó a concretar un aval para atender los gastos ocasionados por las averías, que en el último año de funcionamiento de la recogida neumática obligaron a Emaya a desembolsar 1,5 millones de euros. Por todo ello, Emaya rechazó la oferta de Envac de volver a poner en marcha la recogida neumática y presento una demanda.
Pese a ello, Garau especificó que no se han roto las relaciones con Envac y mantienen conversaciones, aunque reconoció que es muy difícil llegar a un acuerdo entre ambas partes ya que la instaladora no está dispuesta a ofrecer todas las garantías que exige Emaya.