El Consell ha dado marcha atrás y finalmente accede a cumplir las exigencias del Govern con la reforma de la Llei de Funció Pública: el catalán deja de ser requisito y pasará a ser mérito.
A partir del pleno de hoy, en el que se aprueba la relación de puestos de trabajo de la institución, sólo tendrán la obligación de conocerlo el 32 por ciento de la plantilla y no todos los funcionarios, como sucede en estos momentos.
La nueva relación de puestos de trabajo, adaptada a la modificación aprobada por Bauzá, estipula que el catalán será requisito en aquellos puestos que requieran atención al público (112 plazas del total) y en aquellos que impliquen trabajar en la administración general de los distintos departamentos (252 plazas). En total, el catalán será un requisito para 364 funcionarios de los 1.117 que tiene la institución insular.
El plus
La decisión del Consell tiene además una vertiente económica, ya que se dejará sin efecto el decreto que establece un plus para aquellos funcionarios que acrediten un nivel de catalán superior al exigido en su plaza. Dado que el catalán ya no es obligatoria, el Consell podía haberse visto obligado a pagar el plus a la mayor parte de funcionarios que sí acreditan el conocimiento. Para evitar tener que pagar más de 800.000 euros extra al año, el Consell ha decidido congelar esta prestación.
Además, cualquier subida de sueldo que tengan los funcionarios del Consell irá a cuenta de este plus. El propósito es que el sueldo de todos los trabajadores de la institución se iguale pasados unos años, conforme vaya aumentando el salario gracias al IPC. La consellera d'Hisenda de la institución insular, Margalida Roig, explicó que tan sólo el STEI ha votado en contra de la nueva relación de puestos de trabajo, mientras que UGT y CSIF se abstuvieron y CCOO ya anunció que no acudiría a las negociaciones.