El transporte público por ferrocarril, que gestiona Serveis Ferroviaris de Mallorca, genera un lastre financiero en las cuentas del Govern muy importante, según el análisis que se realiza desde la Direcció General de Transports, cuyo titular es Juan Salvador Iriarte. Cada pasajero de las líneas de tren genera una subvención de 13 euros, 7,5 euros si utiliza la red de metro. Las cifras descienden a los 0,70 euros por billete en el caso del tranporte regular de pasajeros por autobús.
El director general, Juan Salvador, advierte que «la razón inicial de estas diferencias es que tanto el tren como el metro tienen que financiar sus propias inversiones» -vías, maquinaria y estaciones-, aunque admite que «hasta ahora no se había tenido en cuenta un mínimo de rentabilidad, el objetivo era ampliar la red de ferrocarril a cualquier precio». A título de ejemplo cabe señalar que SFM tiene un déficit acumulado de 70 millones de euros y sus 5,5 millones de pasajeros sólo generan 6 millones de ingresos.
Por otra parte, Salvador precisa que si se hubiera puesto en marcha la línea de tren entre Manacor y Artà «cada billete hubiera generado una subvención de 35 euros, incluso si la inversión la hubiera pagado el Estado, ésta es una línea insostenible sólo por los costes de explotación».
Sin retorno
Desde la Direcció General de Transports su responsable admite que «estamos ya en un punto sin retorno, se trata ahora de dar el mejor servicio posible» en la red de tren y metro.
Del metro, Salvador advierte que «tiene una ocupación media de sólo el 20 %, cada salida genera un coste de 720 euros.
Uno de los aspectos que logra mantener la viabilidad de estas inversiones ferrioviarias -las más elevadas- son los importantes plazos de amortización, los cuales se sitúan en torno a los 25 años.