El próximo mes de septiembre está previsto que el Govern inicie la negociación de la transferencia de la competencia de promoción turística a los consells insulares, una propuesta que cuenta con la oposición frontal del Consell de Mallorca que preside Maria Salom. Por el contrario, ésta es una reclamación de los gobiernos insulares de Menorca, Eivissa y Formentera que el president Bauzá se ha comprometido a materializar en el transcurso de esta legislatura.
La principal razón que esgrime el equipo de Salom para negarse a aceptar la transferencia de una competencia tan trascendental como es el de la promoción turística es, precisamente, la desconfianza en que el Govern cumpla con sus compromisos de financiación para poder realizar una adecuada gestión de una labor tan importante para la industria turística de Mallorca.
Deuda
Cabe señalar que en estos momentos el Govern tiene pendiente una deuda de 300 millones de euros con el Consell, un lastre financiero que se considera inasumible para la institucuión y que Salom no quiere incrementar con retrasos en la transferencia de los fondos procedentes del Govern.
La estrategia del Consell es tratar de negociar con el Govern un incremento de la presencia en los foros de decisión de la Agència de Turisme de les Illes Balears para lograr crear una marca turística propia para Mallorca, imprescindible para diferenciarla de los destinos de Eivissa y Menorca.