«Voy a hacer una huelga de hambre para exigir una reparación y para ver si finalmente me hacen caso», afirma Maria José Arias Navarro, una mujer que desde el año 2006 tiene hepatitis C.
Arias, que ya ha protagonizado dos huelgas de hambre con anterioridad -en 2008 y en 2010- reclama una compensación a la sanidad pública balear a la que acusa de ser la responsable de su contagio del virus de la hepatitis C, a través de la consulta de un dentista.
La mujer, que actualmente reside en un pueblo de Badajoz tiene previsto llegar hoy a Mallorca para «plantarme en la puerta del Hospital Son Llàtzer e iniciar una huelga de hambre».
Cartas
Arias sostiene que ha remitido cartas a la Casa del Rey, al presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy; al president del Ejecutivo autonómico, José Ramón Bauzá, y al conseller de Salut, Martí Sansaloni, y que «estoy cansada de que se pasen mis reivindicaciones por el decreto ley».
«He sentido rabia, pena y creo que hasta repugnancia cuando he visto a la Reina, en el campamento saharaui, dando su apoyo para que las niñas no nazcan con el virus del sida, cosa que me parece muy loable» pero que para ella es «un pantallazo de televisión y a otros no nos hacen ningún caso».
«En mi desesperación hace tres meses estuve a punto de poner fin a mi vida», añade Arias.
«Estoy luchando porque me permitan llevar lo que me resta de vida con un poco de dignidad. Ahora malvivo con una pensión de viudedad de 590 euros, teniendo que pagar alquiler, luz, agua, comida y el copago sanitario de los medicamentos. Todo ello teniendo un hijo de 27 años, que lleva cuatro años en el paro y sin cobrar un euro», afirma María José Arias en uno de sus escritos a las autoridades.
«Y todo ello pagando el copago de una enfermedad crónica» , según indica.
Esta mujer ya ha protagonizado dos huelgas de hambre, una en su vivienda de Palma en el año 2008, que se prolongó durante varios meses, y una segunda acampando frente al Hospital Son Llàtzer, en el año 2010. Ahora anuncia que volverá a repetir su protesta «hasta que alguien me escuche».