La gerente del PSC, Lluïsa Bruguer, aseguró ayer ante la juez instructora que su partido ni encargó ni pagó a la agencia de detectives Método 3 para que grabara la conversación que la líder del Partido Popular en Catalunya, Alicia Sánchez-Camacho, mantuvo en el restaurante La Camarga de Barcelona con una examante de Jordi Pujol Ferrusola.
Según informaron fuentes judiciales, Bruguer, que compareció como imputada durante unos veinte minutos ante la titular del juzgado de Instrucción número 14 de Barcelona, que investiga una supuesta trama de espionaje político en Catalunya, admitió que el PSC contrató varios servicios de seguridad interna a Método 3, pero negó que le encargaran ni que le pagaran por grabar la conversación entre las dos mujeres en el restaurante. Ante la juez también compareció como imputada la detective y exdirectora de seguridad de Método 3 Elisenda Villena, hermana de la asesora jurídica de los socialistas catalanes Anna Villena, que aseguró que no recibió ningún encargo para espiar a Sánchez-Camacho, según las mismas fuentes.
Seguridad interna
La gerente del PSC llegó a los juzgados sin la compañía de ningún responsable del partido, ya que ella misma pidió que ningún dirigente la arropara para evitar montar un espectáculo mediático, y salió por una puerta trasera, con lo que esquivó a los periodistas.
Bruguer ha admitido en cualquier caso que el PSC sí que contrató a Método 3 para que llevara a cabo trabajos de seguridad interna en el partido. La gestora del PSC también ha pedido en el juzgado que le devuelvan lo antes posible el ordenador que le incautó la policía el pasado viernes, ya que lo necesita para poder seguir llevando a cabo determinadas funciones, como el pago de las nóminas a los trabajadores del partido. Otros dos imputados que comparecieron ayer ante la juez -una secretaria y el responsable de finanzas de Método 3- se negaron a declarar.