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Cort se hace cargo de 98 becas de comedor en las escuelas de verano

| Palma de Mallorca |

El Ajuntament de Palma ha habilitado presupuesto de urgencia para pagar becas de comedor en las escuelas de verano a 98 niños en situación de vulnerabilidad social –pertenecientes a familias que no pueden asegurar comidas diarias de mínima calidad–, para lo que destina de inmediato 36.450 euros. El gasto de Cort podría modificarse al alza en caso de que se detectasen por parte de sus servicios sociales nuevas necesidades de alimentación de menores.

Del centenar de casos de los que ayer dio cuenta el Ajuntament de Palma, 51 ya eran conocidos debido a que pertenecen a familias usuarias del Servei d'Acolliment Municipal (SAM), mientras la situación de otros 47 con dificultades económicas para pagar el comedor ha sido constatada en las últimas semanas en el seno de los centros municipales de servicios sociales de la municipallidad.

La tramitación con carácter de urgencia de estas ayudas es consecuencia del acuerdo alcanzado por unanimidad en el plenario del pasado 30 de mayo, fruto del cual el área de Bienestar Social garantizaba la concesión de becas a las familias en situación de vulnerabilidad social para que los niños pudieran acudir a las escuelas municipales de verano, con acceso al comedor.

A partir de la información facilitada por los CEIP Felip Bauçá; Joan Capó; Marián Aguiló; Rei Jaume I; Son Ferriol; Es Vivero; Es Molinar; Santa Isabel; Son Canals; Son Rullán; Joan Miró; Camilo José Cela; Alexandre Rosselló y Es Vivero, el Ajuntament de Palma, a través de sus centros de servicios sociales Litoral, Llevant-Sud, Ponent, Mestral, Est y Llevant Nord, activó el dispositivo de valoración profesional previa a la concesión de las ayudas económicas.

A través de la dirección de cada uno de los centros escolares consultados, Cort identificó 127 casos de menores con dificultades para pagar el comedor.

De ellos, y tras consultas personales, el Ajuntament tuvo constancia de que 29 formaban parte de familias cuyos responsables bien no vieron necesaria en principio la participación de sus hijos en las escuelas de verano, o bien manifestaron que la situación familiar estaba en perspectiva de mejora.

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