No hay parcela de la vida que no se salve de la crisis y la complicada situación económica afecta incluso a las herencias hasta el punto de que, según datos del Consejo General del Notariado, desde que comenzó la crisis en el año 2007 el número de renuncias a la herencia ha crecido un 147 por ciento en las Islas.
En 2007, se produjeron un total de 335 renuncias de herencia; el año pasado, la cifra de renuncias fue de 826, según un portavoz de este organismo notarial. Los datos señalan que, duran te todo este periodo, las renuncias a la herencias han crecido una media anual del 20 por ciento. De hecho, Balears es la comunidad autónoma con una mayor aumento de renuncias. Ocupa el tercer puesto del ránking nacional y sólo le superan La Rioja (197 por ciento de aumento) y Murcia (178 por ciento de aumento).
El Consejo General del Notariado explica que la crisis es la culpable de esta situación. Dos son las razones básicas que explican esta situación. Por un lado, hay un porcentaje de renuncias que se deben a que los herederos no pueden pagar los impuestos de la herencia, que en el caso de las Islas es del 1 por ciento. Este es el mayor porcentaje de los casos, según los notarios.
'Envenenada'
La otra razón que lleva al rechazo de la herencia tiene que ver con la propia herencia en sí misma. Se trata de lo que los notarios llaman «herencia envenenada»: también se heredan las deudas. Es decir, si alguien muere y cede un piso hipotecado al heredero, este recibe la herencia del piso, pero también la de la hipoteca.
Para evitar estas situaciones, los herederos puede acogerse a la figura que se conoce como «a beneficio de inventario»: solo se responde de las deudas y demás cargas de la herencia hasta donde alcanzan los bienes incluidos en ellas.
Ésta es la figura a que la siempre se acoge la Administración cuando una persona rechaza la herencia, que en el caso de Balears llegó a 826 el año pasado.
En cualquier caso, los notarios aseguran que la mayor parte de las renuncias vienen de las dificultades económicas que tienen los herederos legítimos para pagar la parte correspondiente de los impuestos.
Entre sucesiones y donaciones, el Govern balear recaudó el año pasado 50 millones de euros, una cantidad similar a la presupuestada para este año.