El Partido Popular (PP) de Balears exigió ayer del resto de partidos una «condena clara» a «los actos de violencia» tras amanecer la sede de su partido en Palma con pintadas firmadas por el grupo Arran, relacionado con 'maulets'.
Arran reividicó su acción como «un ataque para denunciar el falso sistema democrático bipartidista». El PP presentó denuncia de los hechos y aportó como prueba unas imágenes tomadas por sus cámaras.
Mabel Cabrer, portavoz del grupo parlamentario Popular , señaló que es «es una vergüenza que haya colectivos que no respeten la democracia» y, en su opinión, «cuando no se condena, se ampara la violencia y se da pie a que hayan más actividades de este tipo».
Cabrer señaló como grupo que «ampara» a «los radicales» a Més. «Ellos -dijo- amparan a grupos independentistas radicales».
Insultos a Santiago
La aparición de las pintadas, que incluían una hoz y un martillo y el símbolo que representa a la mujer, se convirtió en objeto de debate político y, previsiblemente, el PP intentará que hoy se concrete alguna condena institucional en el pleno del Parlament.
Més y PSIB condenaron los hechos pero su condena no terminó de satisfacer al PP.
Fina Santiago (Més) reclamó al PP que «no haga victimismo» y afirmó que «también a nosotros nos pintan sedes». Según Santiago, «a mí me insultan por la calle y gente que dice ser de derechas me grita cosas desagradables».
La portavoz parlamentaria socialista, Francina Armengol, señaló que su grupo siempre ha condenado cualquier tipo de violencia, pero recomendó «no magnificar estos asuntos», ya que «no es un buen momento para ello». Armengol afirmó que asuntos como el 'caso Scala' también incluyen en el malestar de la ciudadanía. Cabrer respondió recordando a Armengol que «aún no ha dicho nada» del 'caso Camí, que afecta al PSM.