Misa solemne de Pascua, celebrada ayer con la Seu llena de feligreses. Ofició la celebración el obispo de Mallorca, Javier Salinas, después de la procesión del Encontre. El cabildo de la Catedral, el obispo y el deán abrieron el desfile religioso que concluía con el paso de Jesús resucitado. Eso transcurrió por la nave de la derecha del altar, porque por la de la izquierda llegó la Virgen, también en volandas. Todo, en un ambiente de respeto e incienso.
Tradición
Son dos familias mallorquinas las que transportan a hombros sendas imágenes. Y lo hacen desde hace muchos años. El patriarca de los Truyols, que son los que transportan a la Virgen, recuerda que se remonta al siglo XVII, a finales, y que lo hacían, no desde la capilla de la Seu, sino desde Can Oms, su casa.
Este año, por parte de la familia Truyols, han transportado la imagen de la Virgen cuatro de sus miembros, los hermanos Luis, Francisco y Fernando Truyols Juan de Sentmenat y Miguel Martínez de Campos Montaner. Todos de traje oscuro.
Mientras, la imagen de Cristo resucitado era llevada por tres miembros de la familia Dameto. Gabriel Dameto Squella, Alfonso Dameto Vivó y Nicolás Dameto Ordinas y por Felipe Villalonga Villalonga.
La procesión resulta relativamente corta porque finaliza a los pies del altar mayor, bajo la atenta mirada del obispo. Tan corta como breve es el encuentro de las dos imágenes completamente paradas y una frente a la otra. Es el momento en que la Virgen, impulsada por un muelle, se inclina por tres veces ante su hijo. A causa de ese movimiento, a esta virgen se la conoce como la Mare de Déu dels tres botets. Luego, sin más, suben ambas imágenes al altar, a cuyos lados quedan depositadas, mientras el obispo, que las ha seguido, da comienzo la misa de Pascua.