La transformación social que ha sufrido Mallorca en la última década derivada de la inmigración extranjera hacia la isla ha tenido consecuencias en la composición demográfica de muchos municipios, en lo que el colectivo principal de extranjeros ya no son alemanes o británicos, sino marroquíes.
Los ciudadanos procedentes de Marruecos, por ejemplo, es el colectivo de extranjeros mayoritarios en 14 municipios de Mallorca, la mayoría de interior. A diferencia de lo que sucede con los municipios turísticos, donde el colectivo mayoritario es el alemán o el británico, en muchos municipios del interior son los marroquíes lo más numerosos.
Campo
Esto sucede en sa Pobla, Campanet, Felanitx o Vilafranca, localidades en las que el colectivo de inmigrantes se dedica a las labores del campo, pero no son las únicas ya que tanto en Inca como en Manacor también es Marruecos el país del que proceden el mayor número de inmigrantes.
El colectivo de alemanes sigue siendo mayoritario en 28 municipios de Mallorca y los británicos son mayoría en nueve localidades más. Sólo hay dos municipios que rompen esta tendencia: Palma, donde el colectivo extranjero más numeroso procede de Bulgaria, y Maria de la Salut, donde la mayoría son ecuatorianos.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, en las Islas viven un total de 242.570 extranjeros, lo que representa el 21,67 por ciento de la población total de la Comunitat.
Sin embargo, en muchos municipios este porcentaje es mucho más elevado. Con un 41,23 por ciento, Deià es el pueblo de Mallorca en el que hay mayor porcentaje de extranjeros. Tras esta localidad de la Serra se sitúa Santanyí (36,98 por ciento) y Andratx (35,9 por ciento. En el lado opuesto se sitúa Marratxí, con un 5,39 por ciento de extranjeros, Consell (7,56 por ciento) y Santa Maria (8,1 por ciento).
Lo que sí se ha acreditado es el paulatino retorno de inmigrantes sudamericanos a sus países de origen, cerca de 5.000 en el año 2011.
La razón
El catedrático de Geografía Humana de la UIB Pere Salvà asegura que este retorno migratorio está claramente unido a la crisis. Afirma que la mayor parte de los extranjeros de estos países llegaron a la Isla como consecuencia del efecto llamada que provoco la burbuja inmobiliaria. «Tras el fin de la burbuja, el colectivo no lleva el tiempo suficiente como para tener arraigo ni para conseguir los derechos sociales de otros residentes, por lo que deciden volver a sus países», asegura.
La crisis también ha afectado a las mujeres de estos países, según explica Salvà. La mayoría trabajaba en el sector del servicio doméstico, pero muchas ciudadanas españolas que han perdido su trabajo han tenido que volver a ser amas de casa, lo que ha hecho que las sudamericanas pierdan el trabajo y regresen a sus países de origen, según Salvà.