El empresario catalán Joaquim Boixareu declaró ayer en calidad de imputado que aceptó presidir la Fundación Deporte, Cultura e investigación Social porque así se lo pidió de forma expresa Iñaki Urdangarin, pero negó de manera taxativa haber desempeñado el papel de «hombre de paja» o intermediario del duque de Palma.
Boixareu, que en 2010 aspiró a presidir la patronal catalana Foment del Treball, explicó que había aportado 30.000 euros a la Fundación, dinero que más tarde le fue devuelto por Urdangarin y Diego Torres en dos facturas. La Fundación Deporte, Cultura e Investigación fue utilizada, presuntamente, por Urdangarin y Torres para desviar fondos a paraísos fiscales. Boixareu aceptó presidirla para «hacerle un favor a un amigo», según explicó a los periodistas su abogado, Xavier Arraut.
Favor personal
«Se trató de un favor personal»y fue un honor porque Boixareu pensó que se pretendía un fin loable y se perseguía un buen objetivo en favor de la sociedad», dijo el letrado, al tiempo que reconoció que su cliente no habría constituido esta fundación en caso de conocer la deriva que ha tomado este asunto judicial. El abogado dijo que había solicitado el archivo de la causa para Boixareu, cuestión sobre la que tendrá que pronunciarse el juez tras escuchar la opinión de las acusaciones.
Ayer, asimismo, también declaró como testigo la exjefa de gabinete del Govern Dulce Linares, que ha atribuido la responsabilidad de la contratación del Instituto Nóos por parte del Ejecutivo balear en exclusiva al entonces president, Jaume Matas.
Linares dijo que pensaba que los convenios con Nóos eran absolutamente lícitos y que se insertaban en un marco de normalidad.
Asimismo, según explicó la letrada de Manos Limpias, Virginia López, la exjefa de gabinete de Matas acreditó en su declaración que Iñaki Urganrin seguía estando al frente del Instituto Nóos en 2007. Añadió que los convenios con Nóos no se hubiesen firmado sin la participación del marido de la infanta Cristina.