La ceremonia de toma de posesión del obispo de Mallorca comenzó en el Palau Episcopal con absoluta puntualidad. A las 11.00 horas Javier Salinas, obispo electo, procedió a saludar a su ‘nueva familia' mallorquina. Una representación de la comunidad diocesana, representada por fieles de varias parroquias.
Un saludo muy cálido, en el que no faltaron besos a los niños. En este encuentro, no hubo representación ninguna de la familia personal del nuevo obispo.
Javier Salinas bajó al patio interior del Palau Espiscopal acompañado por el nuncio apostólico, monseñor Renzo Fratini; el arzobispo metropolitano de Valencia, Carlos Osoro; el cardenal de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, y el cardenal emérito de Barcelona, Ricard Maria Carles. También estuvieron Teodor Suau, maestro de ceremonias, y Antoni Burguera, secretario del anterior obispo.
Después de unas breves palabras de bienvenida, esta pequeña comitiva se dirigió en procesión por la calle Miramar hacia la Seu.
Cursillistas de cristiandad, como José Janer y Carmen Blanes, la familia Ramis-Dols de Santa Maria, la familia Moll-Sirer de Manacor, Barceló-Ferrer de la parroquia de la Encarnació de Palma, y Sayos-Suau en representación de Montesión y Sant Josep Obrer, fueron los elegidos para acompañar a Salinas hasta la Catedral.
Durante el recorrido, el prelado saludó a unos pocos fieles que todavía no habían tomado asiento en el interior de la Seu.
Bienvenida
La procesión concluyó frente a la Seu donde esperaba el administrador diocesano, Lluc Riera. «Molt benvingut senyor bisbe. Molt content», fueron las palabras que le dedicó a Salinas el encargado de la Diócesis desde que Jesús Murgui dejara la Isla.
A continuación, y acompañado por Riera, Javier Salinas saludó con un afable apretón de manos a los miembros del Colegio de Consultores de la Diócesis.
Las autoridades políticas, más formales, recibieron a Salinas con un besamanos: «Benvingut a Mallorca», dijo contundente María Salom, presidenta del Consell.
El presidente del Govern, José Ramón Bauzá; la presidenta del Parlament, Marga Durán; la delegada del Gobierno, Teresa Palmer; el alcalde de Palma, Mateo Isern; el comandante general de Balears; Adolfo Orozco, y finalmente, la mencionada presidenta del Consell de Mallorca, Maria Salom, fueron saludando al obispo electo frente a la puerta principal de la Catedral.
Después, se dirigió a los fieles. Un grupo, no muy numeroso de personas que aguardaba detrás de unas vallas de plástico de color azul dispuestas por la organización para evitar aglomeraciones.
Según lo previsto, muy cerca ya de las 11.30 horas, Salinas entró en la Seu.
Justo en la entrada, a unos pocos metros del Portal Major, el obispo saludó a los miembros del ‘Capitol de la Seu'. Dispuestos en semicírculo y con una amplia sonrisa fueron saludando al máximo representante de la Iglesia católica de Mallorca.
Aplausos
El deán de la Catedral de Mallorca, Joan Bauzá, fue el encargado de sostener el relicario de la Santa Creu (lignum crucis), que Salinas besó. Luego bendijo a los presentes, incluidos los periodistas.
De inmediato, comenzó a sonar el órgano y los fieles acompañaron la música con fuertes aplausos. Los miembros de la comitiva se dirigieron a la capella de la Purísima, donde se encuentra la ‘reserva del Santíssim'.
Tras unos momentos de plegaria, el grupo se dirigió hasta la sacristía dels Vermells para revestirse.
Hasta este momento de la ceremonia, Salinas iba vestido con hábito coral con un vistoso bonete. Y los cardenales iban de filettata.
Se cerró el Portal Major y comenzó la misa estacional en el inicio del ministerio apostólico de Javier Salinas Viñals como obispo de Mallorca.