La crisis ha duplicado el número de personas ‘sin techo' que viven y duermen de forma permanente en las calles de Palma. Lo saben bien las personas que trabajan en la Unidad Móvil de Emergencia Social (UMES), un servicio del IMAS que gestiona Creu Roja por el que se ofrece atención diurna y nocturna a los indigentes.
Hugo Cózar, trabajador social de la UMES, cifra en 212 las personas atendidas por esta unidad en el mes de noviembre ((22 de ellas son mujeres). De ese total, 112 son consideradas personas sin hogar permanente (10 mujeres), porque no quieren ir a ningún centro de acogida o no son aceptados en ellos por haber sido expulsados. Otras 62 son temporales, «personas que entran y salen de los centros de acogida o, por problemas familiares, de su hogar» y el resto son personas que no viven en la calle pero pasan muchas horas en ellas por la noche, como las prostitutas.
Cuatro centros
La cifra de ‘sin techo' permanentes, no obstante, aumenta mes a mes, asegura Cózar, y de hecho se ha duplicado desde el año 2008, cuando en las calle de Ciutat pernoctaban «50 o 60 personas de forma fija y ahora vamos a llegar a los 120 a final de este año», añade.
Cada vez que las temperaturas bajan se activa un protocolo de emergencia, tanto en la UMES como en los centros de acogida, que, en este caso, implica la apertura de puertas sin los requisitos habituales.
En Palma existen cuatro centros de acogida, tres dependientes del IMAS para personas excluidas: Ca l´Ardiaca (acoge a todo tipo de gente en situación de exclusión), Sa Placeta (para drogodependientes) y Casa de Familia (que es un centros de alta exigencia y que tiene lista de espera). A ellos se suma el SAPS (Servei d´Acolliment i Promocio Sociolaboral), que pertenece al Ajuntament de Palma, destinado a personas en riesgo de exclusión y que requieren una inserción laboral. Todos estos centros están llenos en estos momentos, pero se añaden camas extra en casos de emergencia.
El 70 % de los ‘sin techo' se encuentran en el centro de Palma, de Avenidas hacia dentro y, como curiosidad, el trabajador social indica que las personas que llevan más años durmiendo en la calle están, como mínimo, desde hace más de diez años.