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Mercadillo solidario en las Hermanitas de los Pobres con trabajos de sus residentes

Lo recaudado servirá para ayudar a pagar la calefacción del centro

Aminta, Francisco, Puri (voluntaria), sor María Pilar de los Ángeles y María Carmen.

| Palma |

Son obras especiales, trabajos realizados por una veintena de residentes de las Hermanitas de los Pobres durante todo el año en los distintos talleres organizados en el centro.

Hasta el 6 de enero los residentes presentan y venden sus manualidades en un mercadillo solidario cuya recaudación tiene por objetivo ayudar a pagar la calefacción de las Hermanitas de los Pobres de Palma durante el invierno. Más de un centenar de artículos integran el mercadillo: desde pinturas creadas por Sebastià Pons hasta delantales, toallas, bolsas de pan, muñecas, llaveros, jerseys para bebés, cojines, tapetes o manteles.

Motivación

«Realizamos este mercadillo todas las Navidades desde el año 1877, cuando la congregación llegó a Palma. Cada año se destina lo recaudado a una casa de misión (en 2011 fue destinado a Colombia), pero este año lo utilizaremos para ayudar a pagar el gasoil de la calefacción. Cada tres o cuatro semanas necesitamos 20.000 litros, lo que supone cerca de 18.000 euros. Será una ayuda porque es imposible pagarlo todo con el mercadillo», afirma sor María Pilar de los Ángeles, madre superiora de las Hermanitas.

Los precios oscilan entre los 20 céntimos (artículos de bisutería) y los cerca de 150 que cuesta un belén completo. «Supone una gran motivación para los residentes, mantienen su capacidades para hacer cosas. Les ayuda a descubrir cosas que muchos no han podido hacer en su vida. Es una forma de retardar el envejecimiento, es como una forma de rehabilitación, una forma de compartir», añade. El año pasado las Hermanitas recaudaron cerca de 1.500 euros, dinero que fue destinado (junto a lo recaudado por otras casas) a construir un aljibe para el agua en una misión de la congregación colombiana. «El valor que tiene este mercadillo es que todas las manualidades las han hecho ellos, los residentes. En algunos de los artículos han colaborado hasta tres personas del centro, ha sido como una mini cadena de producción. Este es su mérito», señala sor María Pilar de los Ángeles.

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