Manifestación masiva contra los recortes a ritmo de batucada y la versión del Gran Wyoming de Resistiré. Alrededor de cuarenta mil personas -sesenta mil según los sindicatos convocantes- salieron ayer tarde para recorrer las calles del centro de Palma para manifestar su rechazo a los recortes, a las recetas que se aplican para acabar con la crisis. «Nos dejan sin futuro. Hay culpables. Hay soluciones» fue el lema de la multitudinaria movilización ciudadana que sorprendió, incluso, a los propios organizadores.
Desde la plaza de Espanya hasta la plaza Major —siguiendo el recorrido por las Avingudes— los manifestantes tardaron poco más de una hora y media en acabar el recorrido al completo, el problema es que cuando ya habían concluido las intervenciones de los dirigentes sindicales todavía seguían llegando ciudadanos dispuestos a dejar constancia de su oposición a los recortes.
El momento más sorprendente tuvo lugar al comienzo, cuando el presidente de Pimeco, Bernat Coll, saludó a los sindicalistas. «He venido a aquí a título personal, pero lo que está pasando va en contra de los pequeños comerciantes tanto como contra los trabajadores. Es el momento de luchar», señaló el dirigente empresarial, el cual añadió que «en esta huelga han cerrado muchas empresas significativas, quizá ha habido menos seguimiento en las firmas franquiciadas».
Los sindicalistas no podían ocultar su satisfacción -desde el primer momento ya se palpaba que se superaría la convocatoria del pasado mes de marzo-. Así, Katiana Vicens, secretaria general de Comisiones Obreras, destacó que «hemos dado una lección de unidad y de defensa de nuestra dignidad», al tiempo que recordaba que «nosotros no somos los responsables de la crisis».No defraudó el secretario general de UGT,
Lorenzo Bravo, que dedicó sus tradicionales lindezas dedicadas a troche y moche: «Hay que mandarlos a la puta calle», «mamones», «cabritos», «me cago en la madre que parió a Juanete», «cabrones, impresentables y fachas», «estamos hasta las pelotas y los ovarios» ... todo ello dedicado por igual a banqueros y políticos (del PP). «O caemos todos o nos salvamos todos», aseguró el veterano dirigente sindical que no dejó de sacar a colación el 'caso Over' -»que hace que Bauzá tenga medio Parlament lleno de mierda», la afición al buceo del conseller Bosch. La interveción concluyó con un «¡A la rebelión, a la revolución! ¡Salud y república!».En nombre de la Unión Sindical Obrera, su secretario general,
David Díaz, recordó que «esta ha sido una huelga por la dignidad social», y añadió que «están dejando el país como un basurero laboral y social».«¡Lluita, lluita, lluita!» clamó Biel Caldentey en representación del STEI, el cual insistió es que «es una huelga laboral y social».En nombre de la Cimera Social intervino
Miquel Crepí, que recordó que «las agresiones excepcionales demandan reacciones excepcionales».Toda la manifestación transcurrió sin incidentes y estuvo acompañada de un importante despliegue de agentes de la Policía Nacional y Local.