El Consell de Mallorca, donde gobierna el PP con mayoría absoluta, revisará las cláusulas del contrato con Tirme para introducir propuestas que den más margen de maniobra a la institución insular a la hora de fijar las tarifas de residuos.
El acuerdo se tomó con los votos en contra del PSIB y del PSM-Iniciativaverds-Entesa, ya que incluía otros puntos que no comparten, como el de mantener la importación de residuos para completar la capacidad de la incineradora. El pleno, donde se reiteraron los mismos argumentos ya expuestos hace semanas por las dos partes, se convirtió, por momentos, en un ejercicio semántico. La oposición se refirió sistemáticamente a los residuos como «basura» mientras que el PP optó por hablar de «combustible». Miquel Vidal, portavoz popular, empleó un tono pedagógico: «Basura sería restos de una tajada de melón, nosotros hablamos de otra cosa». En la moción del PP, además, se rechaza «la importación de basura de fuera de nuestra Isla» pero se defiende la «importación de combustible sólidos recuperado».
Tirme, que no hará comentarios sobre lo acordado ayer por el Consell hasta que se concrete la propuesta, tiene el monopolio del tratamiento de residuos hasta el año 2040. La alternativa que llevó el PSIB al pleno fue rescatar la concesión y convocar un concurso nuevo.
La consellera insular de Medi Ambient, Catalina Soler, consideró «descabellada esa propuesta» y dijo que eso acarrearía una indemnización de más de más de 400 millones.
Lo que cambiará
Soler, fuera del pleno, explicó que negociará con Tirme la fórmula que utiliza para fijar la tarifa anual. Se sacarán de la misma el tratamiento de lodos y otros conceptos. Según Soler, su idea es que ya el próximo año la tasa que se pone a cobro quede congelada o suponga un incremento mínimo. El PP dijo no comprender cómo la oposición no había dado apoyo a su propuesta. Para la oposición, todo es un «paripé» para cuadrar las cuentas de Tirme.