Lluc Riera fue ayer elegido administrador diocesano por el Col.legi de Consultors, un día después de que quedara vacante la sede episcopal de la Diócesis. «Con temor y temblor acepto el cargo para desarrollar un trabajo sencillo en el marco del quehacer cotidiano», destacó el que fuera vicario general del hasta ahora obispo de Mallorca, Jesús Murgui.
El Col.legi de Consultors tenía ocho días para llevar a cabo el trámite y designar un responsable de la Iglesia de Mallorca. Sin embargo, y después de una jornada trepidante en Orihuela, nada más regresar a la Isla, fue convocado por su presidente, Pere Torres Siquier, y, ayer por la tarde, dio a conocer la decisión tomada tras votación escrita y secreta.
Criterios
Riera, que asume el cargo en este ‘Año de la Fe' que comenzará el 12 de octubre en la Seu, declaró, en la rueda de prensa posterior, estar «esperanzado» con la llegada del «buen pastor».
«La Santa Sede no se guía por el criterio de dónde haya nacido uno (...) Sí es importante que sepa comunicar el Evangelio. Ésta y no otra, es su misión».
Riera incidió en que su trabajo «sencillo y discreto» no constituye un «proyecto ni un plan», por el contrario, «es atender el día a día de la Diócesis hasta que la Santa Sede designe un nuevo obispo».
‘Pepita'
«Menos mal que aquí no tenemos estas costumbres», dijo Riera comentando la entrada de Jesús Murgui Soriano en Orihuela a lomos de ‘Pepita', una pequeña mula blanca.
Una anécdota que motivó la sonrisa de los miembros del Col.legi de Consultors: Pere Torres, Miquel Serra, Antoni Riutort, Antoni Vera, Antoni Amorós, Nadal Bernat y el propio Lluc Riera.