El nuevo obispo de Orihuela-Alicante, el valenciano Jesús Murgui Soriano, ha llamado a la comunidad cristiana a «evangelizar» en estos tiempos de crisis, con motivo de su primera homilía tras alcanzar la ciudad de Orihuela a lomos de una mula blanca, como manda la tradición.
En sus primeras palabras al frente de la Diócesis de Orihuela-Alicante, el ya exobispo de Mallorca ha afirmado en la catedral que en un periodo de «crisis e incertidumbre» hay que «evangelizar» porque «la función de la Iglesia es darse a conocer».
Murgui Soriano acababa de recibir la mitra y el báculo de manos del nuncio Apostólico en España, el italiano Renzo Fratini, ante la presencia de 26 obispos de todo el país y numerosas personalidades, encabezadas por el presidente de Les Corts, Juan Cotino.
Fratini ha señalado que la Humanidad experimenta actualmente «un tiempo de cambio profundo» que impide que todos puedan vivir a Cristo «de forma consciente».
El solemne acto de toma de posesión de Murgui Soriano, el trigésimo sexto obispo desde la fundación de la Diócesis de Orihuela-Alicante en 1564 por el Papa Pío IV, se produce después de la marcha por razones de edad de Rafael Palmero.
Como sus antecesores, Murgui Soriano entró en Orihuela a lomos de una mula blanca, en esta ocasión de nombre «Pepita», tras pedir permiso en la Puerta de Olma al síndico de la ciudad, el alcalde oriolano, el ecologista Monserrate Guillén.
Previamente, a mediodía había hecho una parada en la vecina población de Cox, donde visitó la parroquia, el ayuntamiento y el convento de la Virgen del Carmen, y después se trasladó a Callosa de Segura y Redován.
Poco antes de las 17 horas alcanzó la parroquia oriolana de San Antón, donde compartió una oración con la comisión del Cabildo al pie del altar y se le ofreció, como es habitual, una naranjada.
Más tarde, subió a lomos de la mula blanca y recorrió el kilómetro que le separaba de la entrada histórica de la ciudad acompañado de dos canónigos del Cabildo Catedralicio, un tercero de la Concatedral, el vicario general y el párroco de San Antón, así como de los maceros y la comisión municipal de fiestas.
Tal y como exige el protocolo, ante la Puerta de Olma, el alcalde preguntó a la comitiva: «¿Quién va?», y el perdiguero encargado de tirar del animal contestó: «El obispo, que entra en Orihuela».
Ya a pie, Murgui Soriano hizo otra parada para visitar un altar con la imagen de la Virgen de Montserrat, de cuyo hallazgo se cumple el 706 aniversario.
Sobre una extensión de 4.415 kilómetros cuadrados, la Diócesis de Orihuela-Alicante cuenta en la actualidad con 350 sacerdotes.
Murgui Soriano nació en Valencia el 17 de abril de 1946 y fue ordenado sacerdote el 21 de septiembre de 1969.
Estudió en el seminario metropolitano de Moncada (Valencia) y es licenciado en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca y doctorado en esta misma materia por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
En sus inicios, fue coadjutor de la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora en Alaquás (1969-73), párroco en Nuestra Señora del Olivar de Alaquás (1973-79) y consiliario de jóvenes de Acción Católica (1975-79).
Posteriormente, fue párroco en San Jaime Apóstol en Moncada (1982-86) y de Santa María en Ontinyent (1986-93) para, a continuación, ser nombrado vicario episcopal de Lliria-Vía de Madrid hasta que fue elegido obispo auxiliar de Valencia en marzo de 1996.
En diciembre de 2003 fue nombrado obispo de Mallorca y allí ha permanecido hasta la actualidad.