Es uno de estos proyectos que, inexplicablemente, quedan varados en los despachos oficiales. En este caso del Ajuntament de Palma. Desde hace once años que espera el proyecto de creación de una zona verde en el solar anejo al Palau de Marivent, residencia estival de los Reyes. Casi tres legislaturas han pasado desde que aquellos terrenos han pasado a titularidad municipal.
Fue en el año 2001 cuando el Ajuntament de Palma expropió una parcela de 34.861 metros cuadrados a la Compañía Logística de Hidrocarburos, una vez que se había materializado el desmantelamiento de los depósitos que la empresa tenía junto a Marivent. La presión ciudadana y las evidentes razones de seguridad respecto a la Familia Real propiciaron el traslado de los almacenes de combustible a su actual ubicación en las inmediaciones de Son Banya, circunstancia que suponía liberar unos terrenos a los que el planeamiento urbanístico de Palma califica como de «espacio libre».
Los sucesivos responsables políticos en el Ajuntament de Palma, tanto el Partido Popular como la izquierda, se habían comprometido en convertir la parcela en una zona verde, indispensable en una de las zonas más densamente pobladas y con menos zonas de esparcimiento ciudadano.
En la actualidad, el solar linda con las instalaciones que la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH) mantiene para dar servicio a la zona portuaria, con unos terrenos pertenecientes al Ministerio de Defensa y, por último, con los jardines del Palau de Marivent. Por la parte posterior se accede al complejo de Son Vent, utilizado por los príncipes de Asturias y las infantas Elena y Cristina, además de ser la entrada y salida más común de la Familia Real de todo el complejo de Marivent.
Medidas de seguridad
Uno de los motivos a los que se atribuye el retraso en la ejecución de la reconversión de los terrenos en una zona verde -al margen de los actuales derivados de la crisis financiera que tiene el Ajuntament- es, precisamente, la proximidad del Palau de Marivent.
La apertura al público en general de un parque adosado a las tapias que rodean Marivent plantea nuevos problemas de seguridad, toda vez que obligaría a ampliar los servicios de vigilancia. Con un jardín público sería mucho más fácil poder realizar un control sobre los movimientos de entrada y salida de Marivent que realizan todos los miembros de la Familia Real, así como de los trabajadores, por parte de eventuales terroristas. En el camino de Son Vent está la puerta P2 de Marivent.
Desde el Ajuntament de Palma se admite que el proyecto de la zona verde «sigue en estudio» a la espera de, en primer lugar, que mejore la situación económica de la institución para poder acometer unas obras de esta envergadura -la superficie y ubicación invitan a un diseño emblemático- y, a continuación, lograr solventar los eventuales problemas de seguridad para la Familia Real que podría representar la apertura al público en general del futuro parque.
Lo cierto es que, de momento, hasta cuatro alcaldes de Palma han tenido la posibilidad de poner en marcha uno de los proyectos que durante años se convirtió en una promesa electoral constante, al igual que su obstinado incumplimiento. Mientras, el solar, tapiado, esconde el abandono al que le somete el Ajuntament de Palma y sus responsables.