El conseller d'Educació, Rafel Bosch, no consentirá que el curso próximo se vuelvan a colgar lazos por la lengua catalana en los centros públicos. «Les anuncio -aseguró ayer- que prepararemos una normativa que regulará los usos de las fachadas de los centros educativos». Bosch considera estos centros «edificios oficiales» y, por lo tanto, «sólo se pueden colgar banderas oficiales que representen a todas las madres, padres y niños de los centros», en referencia a las banderas de España y de la Comunitat Autònoma.
El conseller no adelantó los detalles de esta norma, pero manifestó que será parecida a la que ya existe sobre las fachadas de cualquier edificio público oficial. «Estamos utilizando las fachadas de todos para poner lo que piensan algunos», declaró el conseller. Y con un ejemplo, añadió: «Es como si se quisiera mostrar solidaridad con, ponemos por caso, una persona secuestrada o un pueblo oprimido. Eso, aunque respeto la opinión de cada uno, se tiene que manifestar dentro de otro entorno, no en una escuela pública».
Con respecto a la libre elección de lengua, aún se desconoce cómo se aplicará. De momento, explicó Bosch, «hemos contactado con asesores lingüísticos, ha habido reuniones con los directores...». Reconoció, finalmente, el escaso éxito de la campaña, ya que sólo un «12% escoge el castellano, contando los centros que ya tenían esta lengua como única». «Pero quizás», insistió, «el año que viene eso se normalizará, y habrá más participación. Pero eso, claro está, sólo es la teoría».