La variedad tradicional del tomate de 'ramellet' ha quedado registrado en el registro de variedades comerciales con la mención variedad de conservación, tras las gestiones realizadas por la Asociación de Variedades Locales desde hace más de dos años.
Según ha informado la asociación en un comunicado, esta variedad de tomate, fruto del trabajo de muchas generaciones, tiene como característica principal su capacidad de conservación en fresco durante más de nueve meses. Además, ha remarcado que este tomate forma parte de la identidad del pueblo de Mallorca porque es la única variedad que permite su consumo durante el invierno, y se utiliza principalmente para hacer el 'pa amb oli', uno de los platos más típicos de la isla.
El tomate de 'ramellet' se cultiva en sistemas hortícolas al aire libre, en asociación con otras variedades tradicionales. Sus semillas han llegado hasta la población de mano en mano, puesto que las mujeres han sido las depositarias de esta sabiduría que renuevan y transmiten con sus conocimientos.
Por ello, la asociación ha asegurado que su papel en la cohesión de las estructuras sociales y el mantenimiento de la cultura local es irreemplazable y que, asimismo, este tomate es el núcleo de un sistema de producción agroecológica ejemplar por su sostenibilidad económica y por su integración con el medio rural mallorquín.
La Asociación de Variedades Locales ha recordado que hace dos años llegó a la Conselleria de Agricultura y Pesca la propuesta de promocionar este tomate mediante un distintivo de calidad de Indicación Geográfica Protegida (IGP), una propuesta que han calificado de «envenenada puesto que provenía de una importante empresa de hortalizas y frutas que produce un tomate de colgar de apariencia externa similar al tomate de 'ramellet'».
No obstante, en realidad, explican, esta variedad era un híbrido desarrollado por dos empresas, y que no tiene ni la capacidad de conservación, ni el olor o el gusto de la variedad tradicional.
«La voz de alarma saltó en unas jornadas convocadas por la Conselleria para debatir la creación de la IGP del tomate de 'ramellet' en las que se anunció la intención de incluir tanto el tomate local como las imitaciones industriales». De esta forma, ha narrado, se produjo un debate entre las empresas y los agricultores en el que la asociación defendió que el tomate híbrido no saliera al mercado como tomate de 'ramellet' y se decidió registrar la variedad tradicional como variedad de conservación para evitar la apropiación del nombre tradicional por parte de un tomate híbrido.
«La opción de registrar variedades tradicionales en el registro de conservación es una opción que permite la normativa europea y estatal pese a haber limitaciones y complejidades en el proceso de registro», indica la asociación.
Finalmente, tras dos años de gestión, el pasado 28 de mayo de 2012 se publicó en el BOE el registro del tomate de 'ramellet', algo que, según dicen, demuestra que en Mallorca «no está amenazada sólo la supervivencia de una variedad tradicional, sino el derecho a la identidad, la cultura y la soberanía alimentaria».
Por todo ello, ha remarcado la necesidad de defender los elementos de los que se disponen ya para construir la soberanía alimentaria y evitar que las industrias agroalimentarias los destruyan, o se apropien de ellos introduciendo sus variedades industriales.